jueves, 30 de septiembre de 2010

Cine y la mudanza española, en Demetrio


La metamorfosis española implementada por Franco, o al menos producida con su importante complicidad y que hizo se pasara de la dictadura a la democracia, sobre todo en este ultimo lustro ha venido a ser para los cubanos un reiterado tema que apasiona y para algunos representa una enseñanza que el caudillo caribeño y sus acólitos al parecer ignoran.

Quien guste entonces de saber los vericuetos del proceso que definitivamente salvó a España y le ahorró un sinnúmero de problemas y miserias, lo invito a La Otra Esquina de las Palabras en su tertulia del mes de octubre:


Cine español: de la dictadura
a la transición de los 80.
Una charla a cargo del escritor
y periodista Eduard Reboll.

Se proyectarán fragmentos de varias películas
representativas del cine español

Lugar: Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
(305)448-4949
Viernes, 8 de octubre, a las 7:30 p.m.


lunes, 27 de septiembre de 2010

Azurina

Cuenta la leyenda que Joseph Díaz, hombre de rostro curtido y cabellos blancos, siempre dispuesto a ayudar al desvalido y a los siboneyes que habitaban la zona, luego de establecerse en la antigua región de Jagua se dedicó a contrabandear con los filibusteros y malandros que acostumbraban a visitar aquellas costas. Sin embargo, no por eso podía tildársele de mal hombre. De todos era sabido que en su corazón siempre se albergaba la buena voluntad, por lo que un día se le presentó un conocido y terrible pirata, cuyo nombre la tradición no se cuidó de guardar, acompañado de una hermosa mujer de aspecto enfermizo y en cuyas formas se delataba la espera de un hijo.

- Joseph Díaz -díjole el pirata-, eres un hombre bueno y de honor, en él que un desalmado como yo puede fiar. Vengo a pedirte un favor, por el que te daré lo que pidas.

- No pongo precio a mis favores- limitose a contestar el buen hombre.

- Pero yo sé pagarlos para no tener que agradecerlos después. Voy a dejar en tu casa y a tu cuidado a esta mujer.

-¿Tu hija?- preguntó Díaz.

-No- respondió a secas el pirata.

-Tu esposa, tal vez- insistió Joseph Díaz.

-Nada debe importarte lo que ella sea para mí. Te basta saber que me intereso por ella, y sobre todo, por el ser que lleva en sus entrañas. Cuídala con solicitud porque ha perdido la razón, y cuando sea madre, toma al hijo bajo tu protección y sírvele de padre.

Y así lo prometió Joseph Díaz. Y seguro del cumplimiento de su palabra, se retiró el pirata dejando en el bohío, junto con la joven, un buen numero de arcas y cofres que hizo traer por sus marineros, y que contenían preciosos trajes, ricas joyas, odoríferas resinas y perfumadas raíces. Todo cuanto pudiera apetecer la dama mas coqueta y encaprichada, y que a Estrella -que tal era el nombre de la joven- no parecía entusiasmarla, permaneciendo siempre quieta, muda, con la mirada perdida en el vacío, insensible a los ruegos y preguntas del buen Joseph Díaz. Y que tan sólo de vez en cuando, adquirían sus ojos una dolorosa expresión, lo que promovía que sus descoloridos labios pronunciasen aisladas palabras, sin ilación ni sentido. Fugaces alucinaciones que la dejaban postrada, con leves temblores en todo el cuerpo.

¿Quién era aquella mujer? ¿Qué terrible misterio encerraba su vida? Imposible saberlo. Nada en ella podía referir a Joseph Días a una pista concreta. Y lo mismo, nada claro había dejado de entrever el pirata. Podía tratarse de una cautiva, retenida violentamente, sumida luego en la locura por una gran tragedia.

Pero Joseph Díaz no se rendía fácilmente y contaba con la esperanza que alguna vez conocería la verdad por boca de la joven, a la que prodigaba de los más solícitos cuidados y atenciones. Desgraciadamente, si bien la muchacha mejoró algo de salud y se mostraba hermosa, jamás consiguió recobrar la razón; y cuando a los pocos meses dio a luz, sucumbió en el parto, llevándose con ella el misterio de su vida; dejando en el mundo a una preciosa niña, a la que Joseph bautizó con el nombre de Azurina.


La versión original pertence al libro: "Tradiciones y leyendas de Cienfuegos", de Adrián del Valle, 1919. Publicada en el portal de Azurina

Another day in Paradise


Por Michael Sixto

Sandra vende habitaciones pintadas de colores a hombrecillos tristes de mirada gris. A veces se compadece cuando descubre que el precio es muy alto y no pueden pagar, aun así fingen estar interesados. Entonces finge ella también no saber las verdaderas razones y como de casualidad les brinda su sexo. Todos ganan algo y Sandra sonríe por haber hecho del mundo un mejor lugar. Al final del día regresa a casa sin haber vendido y recuerda que su gato no comió la tarde anterior. Una mosca aturdida recobra conciencia y escapa afuera. La verdad deja de ser importante y los ojos se le humedecen. Sandra tiene hambre de juventud y pesadez acumulada en las pestañas. No logra recordar ni el rostro ni el nombre del desconocido que le hizo el amor cinco horas atrás pero le gustaría volver a verlo. Hacerle una mejor oferta o quizás un descuento en los gastos de cierre o el depósito inicial. Sandra ha dejado de sentir miedo y desde hace mucho lo sabe. Afuera la ciudad es un monstruo difícil de domesticar, adentro el monstruo devora sin piedad acortando sus días. Sandra lo sabe. El mercado no mejora. Hace meses que no vende una propiedad pero ha dejado de importarle. La vida le paga de otra manera y ella devuelve el favor. El capitalismo en su máxima expresión. Todos compramos y vendemos. Sandra no quiere recordar pero faltan seis horas para que salga el sol. En la mañana regresará a su rutina. La mujer de Starbucks le sonreirá como de costumbre: “Tall White mocha?” y comenzará la aventura

El peso de una Isla...

Reinaldo García Ramos presenta testimonio sobre su salida por el Mariel
por SARAH MORENO

Reinaldo García Ramos (Cienfuegos, 1944) considera que cada persona que vivió la experiencia de un viaje por el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso tiene que contar su historia, para armar "el rombecabezas'' que constituyó este evento histórico que en 1980 lanzó a más de 125,000 cubanos a buscar una nueva vida en Estados Unidos. El recuerdo de esos días traumáticos, tanto para los que se quedaron en la isla y dijeron adiós a sus familiares, como para los que, como él, lograron salir del país, se revive con Cuerpos al borde de una isla. Mi salida por el Mariel (Editorial Silueta), un testimonio novelado que el escritor lanza el próximo lunes en el Centro Cultural Español de Miami.

"El Mosquito era un campo de concentración. Los militares tenían armas largas y podían soltar a los perros, como ocurrió el día antes de que yo llegara, que se formó una riña porque no alcanzó la comida'', recuerda García Ramos, añadiendo que al arribar a El Mosquito --el lugar que servía de antesala para embarcar a Estados Unidos-- se les quitaba el pasaporte y quedaban a expensas de los militares.

"Ellos podían darte un tiro en la cabeza y nadie se enteraba'', precisa García Ramos, que cuenta los dramáticos eventos empleando un tono periodístico, que surge tanto de su experiencia como editor de agencias de noticias como AP y UPI, durante más de una década en Nueva York, como de la distancia que él mismo se propuso establecer con estos acontecimientos.

"Traté de hacer un relato ameno, y a la vez captar la atmósfera de violencia e inseguridad'', precisa García Ramos, que en 1989 escribió una primera versión de sus experiencias partiendo del testimonio que grabó en 20 casetes, entre 1987 y 1989, por consejo de una amiga.

"Al cumplirse el 30 aniversario del Mariel, decidí retomar el libro. Mi perspectiva había cambiado porque la visión del ser humano va cambiando. La primera versión era más lírica porque respondía a mi estado de ánimo nueve años después de salir de Cuba. Treinta años después, mi relación con el material es menos dramática. Las cosas tremendas que pasaron siguen estando ahí, pero el libro tiene pasajes más irónicos, con un poquito de veneno'', explica García Ramos, que a la manera de Proust crea personajes ficticios partiendo de amigos, conocidos y participantes en los hechos.

Como escritor, García Ramos había sufrido la censura, cuando con la justificación de ``la escasez de papel'', se cerraron las Ediciones El Puente. Este fue un proyecto literario independiente que de 1961 a 1965 reunió a una generación de creadores jóvenes que comenzaban a dejar su impronta en las letras cubanas. Con El Puente, que contó con la energía organizadora del poeta José Mario, publicó García Ramos su primer poemario Acta (1962) a los 17 años. En el momento que ocurren los hechos de la Embajada del Perú y más tarde la apertura del Puente Mariel Cayo Hueso, García Ramos trabajaba en la Editorial Arte y Literatura.

Su decisión de pedirles a unas tías que vivían en Miami que enviaran un barco a buscarlo da pie a uno de los momentos más esclarecedores sobre la atmósfera represiva en ese mayo de 1980 en Cuba. Como tantos cubanos querían comunicarse con sus familiares en el exterior, en las afueras del edificio de la Compañía de Teléfono en La Habana se creó una larga fila. ``¡Ciudadanos, hay que hacer la cola de pie! ¡El que esté sentado va preso!'', son las palabras de los policías encargados de mantener el orden las que sientan la pauta de la actitud del Gobierno hacia los que desean abandonar el país. A partir de ese momento serán tratados como ``escoria'', lo último de la sociedad. Como narra García Ramos, en determinado momento ser parte de esa escoria puede ser una garantía de salida de Cuba.

"La persona se ve en esa atmósfera de inseguridad y sigue adelante porque está desesperada. Ha roto las amarras con la realidad aquella y cuando entra en el proceso de ir a la Estación de Policía, ya sabe que no hay vuelta atrás'', cuenta García Ramos, que consiguió una carta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) que certificaba que era homosexual. Una de las ironías es que como pago por esta carta entregó su máquina de escribir --un objeto codiciado-- al Presidente del CDR, que se la lleva a escondidas.

Desde su exilio en Nueva York, García Ramos fundó la revista Mariel (1983-1985) junto a Reinaldo Arenas y Juan Abreu, para difundir la obra de los escritores de esa generación, y ya establecido en Miami, creó la revista digital de poesía Decir del agua (2002-2008), que se convirtió en un espacio para los poetas jóvenes.

"Al escribir Cuerpos al borde de una isla, pienso en los jóvenes, que eran niños o no habían nacido cuando el Mariel. Ellos tienen una idea muy vaga sobre estos hechos, sobre los que Cuba no ha dicho ni media palabra en el 30 aniversario'', apunta García Ramos sobre su voluntad de ser preciso y explicar los hechos para lectores no enterados.

Reinaldo García Ramos presenta hoy Lunes Cuerpos al borde de una isla, en el Centro Cultural Español de Coral Gables, a las 7 p.m.

800 S Douglas Rd. #170, Coral Gables (305) 448-9677.







tomado de El Nuevo Herlad

lunes, 20 de septiembre de 2010

Viernes Cultural en la calle Ocho

Little Havana's
Free Cultural Fridays Festival
live music & dance
* street artists/artisans
* 17 art galleries
unique stores & restaurants
* free walking tour
This Friday, Sept. 24, 6:30 - 11 pm


La "última" novela de Ramón Luque

Ultima Novela: Cuba, treinta años del Mariel, de Ramón Luque, es reseñada por Jesús Hernández en el Diario de las Américas. El libro, del que comentase el Sábado 11 de septiembre en Fernandina, se va haciendo notar en Miami y de manera favorable, lo que merece sin dudas. Se trata de un excelente cuaderno donde varios géneros se mezclan para darnos como resultado una historia que atrapa, contada por amigos, y que sirve lo mismo para reivindicar el mal pago acto de escribir ajeno a todo amparo, siendo además un desterrado, pero con la satisfacción de que se hace lo que se quiere y por amor al oficio.

Para leer la reseña completa de Jesús Hernández, clic aquí.

El Hombre del Vitral, el 3 de Noviembre...

El pasado 30 de Agosto publiqué una entrevista en Fernandina de Jagua que amablemente me concediera Sonia Díaz (clic aquí para leerla). El motivo por el que me decidí a preguntarle a Sonia un sinnúmero de cosas, fue la próxima publicación de su novela “El Hombre del Vitral” (Ediciones Idea). Lamentablemente para esa fecha, aún no se contaba con la información del día y la hora en que sería presentada. Sin embargo, ya es un hecho que el 3 de Noviembre, en el la sala Ámbito Cultural del Corte Inglés y de 7 y 30 a 8 y 30 de la noche, en Sta. Cruz de Tenerife para más señas, se hará el lanzamiento del primer libro de narrativa de la que es sin duda alguna una de las más importantes poetas cubanas contemporáneas.

Con el deseo de que sea una noche linda para la novelista, y además con mucha venta, promuevo esta nota. Asimismo, dejo un enlace (clic acá para leerla) de una reseña que hiciese Margarita García Alonso sobre “El hombre…”

Del Sábado...





El Sábado 18 de septiembre, por invitación del PEN Club de escritores cubanos en el exilio, en el Koubek Center de la Universidad de Miami tuve la oportunidad de participar en una lectura de poesía junto a Carlos Pintado, a quien considero un excelente poeta, además de un buen amigo. Fue curioso que, tratándose de una tarde sabatina donde las opciones no carecen, se reunieran allí buena cantidad de personas. Llama la atención lo mismo que los textos que al parecer gustaron más, resultaron aquellos que tratan sobre el amor, los que Carlos y yo, después de aclarar la sospecha que nos provoca el acto de abordarlo por el riesgo que se corre al escribir sobre un sentimiento en el que, con un resbalón pequeño, de la mayor sublimidad se cae de manera fácil en el estrepitoso ridículo, -y del que finalmente no conseguimos escapar de su influjo a pesar de cierta reticencia- nos atrevimos a leer.

Por supuesto, quiero agradecer a todos los que se reunieron allí y en especial a Ernesto G, Armando Añel, Joaquín Gálvez y a Joaquín Estrada-Montalván, por la cobertura que le dieron a la presentación. A Rodolfo Martínez Sotomayor por sus palabras en cuanto a lo que hago, tal vez un tanto inmerecidas, y lo digo sin que sea un ataque de modestia. A Armando de Armas, a Luis de la Paz y a Ángel Cuadra, los tres de la dirección del PEN. Y finalmente a mi ecobio Carlitos, el que aceptó de buena gana compartir conmigo y, que asimismo, con su carisma garantizó la numerosa presencia de público, según él, sus acreedores...



Video de la lectura
Realización de Ernesto G.
SawFinger Productions




viernes, 17 de septiembre de 2010

En el Koubek Center, de la UM, el Sábado 18...


Cubanidades...

El tráfico, como es habitual a esa hora en la calle Ocho, se comportaba como una verdadera baraúnda y yo en apenas cuarenta minutos debía comenzar a trabajar. Sin embargo, mis ganas de tomar café y fumarme un tabaco luego, fueron superiores a mi sentido común y aún a riesgo de llegar tarde finalmente paré en la cafetería de El Versailles. Para mayor contratiempo, como siempre a esa hora -y lo mismo a otras-, el portal estaba repleto; la fila a todo lo largo del mostrador era grande. Pero no me detuve y me puse detrás de dos señores que conversaban sobre la Cuba de ataño, sus bondades, su desarrollo, y de las prominentes figuras políticas y culturales que conforman el criollo panteón prerrevolucionario.

Sin que los dos hombres lo notasen me acerqué lo suficiente como para escucharlos bien. Disfruto de lo que dicen otros, más, cuando puede tratarse de historias atractivas. Ellos no se percataron de mi presencia. Bebían sus “cortaditos”, comiendo además pastel de guayaba. Se notaba desde lejos que disfrutaban del ocio que da la ventaja de una edad que rebasa la necesidad de trabajar, y que mejor sitio para dos cubanos que este lugar que viene a ser una suerte de catedral del exilio. Ya a punto de que una muchacha me despachara mi “colada”, oí que uno de los señores le preguntó al que parecía ser más docto en cuestiones de cubanidad, y con frescura le dijo.

- Chico, ¿y por fin, es cierto que Cabrera Infante trabajó también para “El Caimán Barbudo” ?

Su amigo lo miró serio, dibujándosele en el rostro la expresión de la duda, y posterior a una pequeña pausa le contestó.

- No sé. No estoy muy seguro de que no lo hiciera. Incluso, puede que si. El Chino escribió para muchas publicaciones en Cuba antes de darse cuenta de la estafa…

martes, 14 de septiembre de 2010

Colesterol..., de Willians Ríos (la segunda)


La frustración de un puño

El primero, el más gordo, superó la vieja rutina de matar pulgas para no aburrirse, y cuando goza de buen humor, se yergue jactansioso, muy recto, pidiendo clemencia por los caídos, mostrándose solidario, dispuesto a la lucha; pero no siempre, a veces -depende de su estado de ánimo- en su delirio se pone de cabeza y sin titubeo pide la muerte de sus semejantes. El segundo, continúa practicando el terrible hábito de probar lo que sea, no sólo miel, y además, en más de una oportunidad se ha metido en problemas por la fea costumbre de apuntar al prójimo. El tercero, en medio de tanta diversidad, asume la defensa de los otros y de él mismo y cuando el insulto lo precisa, se muestra obsceno, vertical, y en franca oposición, invita a sus oponentes de turno a que se lo introduzcan por el orificio más pudoroso y pestilente que tengan. El cuarto, repleto de arrogancia, únicamente ruega por anillos hermosos, brillantes, pero ninguno que vaya a representar un compromiso. Por último, el quinto, es la desgracia de sus hermanos y cuando ellos pretenden conseguir una creíble virilidad, gallardía y fuerza, y lo obligan a que forme parte de un apretado puño, para nada lo consiguen, pues obstinado como es, siempre se queda paradito, lo que pone al descubierto la verdadera naturaleza del resto…

lunes, 13 de septiembre de 2010

Colesterol..., de Willians Ríos (la primera)


“El Americano” que no soportaba cazar cocodrilos


La agencia Reuters publica que el gobierno cubano "va a retirar" de su empobrecida bolsa laboral más de medio millón de empleos en el primer trimestre de 2011. Según los especialistas de la madeja criolla, la geriátrica gobernatura buscan elevar la producción , y hacer de una buena vez eficiente la deteriorada economía. Nada raro, tratándose de Cuba. Sin embargo, no voy a comentar sobre la decisión que pondrá en practica la jefatura castrista, la que, a pesar de innumerables estrategias, no va a conseguir "ni cojones" mientras continue en sus treces políticas. Sólo me voy a referir a una historia que me comentaba un viejo amigo hace ya mucho tiempo, en el barrio donde crecí, que la que recordé luego de ver las ofertas alternativas que recibirán los reubicados -nadie supuestamente quedará al desamparo-, y que se resumen en las mismas colocaciones de antaño, que únicamente los verdaderos “escachados” tuvieron el coraje de aceptar : construcción, agricultura, y un corto etcétera horrible...

El caso es que, allá por los setenta, cuando hubo una ofensiva nacional contra el vago y se creara además la ley que perseguiría a este personaje como el peor de los criminales, muchos habaneros hacían largas colas en las diferentes oficinas del Ministerio del Trabajo con la esperanza de conseguir una puesto decente, más por el miedo de ir a prisión que por el acto de incorporarse laboralmente al proceso. Sin embargo, lo único a lo que se podía aspirar era al Plan del Cordón de La Habana; la recogida de café; el Plan Lechero Niña Bonita o el Rosafé; y finalmente la captura de cocodrilos en la Cienaga de Zapata.

Cuenta la historia de mi amigo Jorge -el que asegura fue cierta pues la vivió en asiento de palco-, que una mañana en que logró entrar temprano a la oficina de ubicaciones que estaba localizada en El Vedado, junto a otro sujeto de unos seis pies, rubio, conocido para más señas como “ El Americano”, el funcionario que los atendió, sin mirarlos casi, les dijo que sólo tenia para ofrecerles La Cienaga, en Matanzas, y desde luego, cazando cocodrilos. Dice Jorge que su compañero de suerte le respondió al sujeto que él conocía a un "socio" que sin dudas iba a aceptar “la pinchita’. Su nombre era Tarzán. Y enseguida que hubo dicho esto, cerró la puerta de la oficina, cogió al tipo por el cuello, lo metió dentro de un closet que estaba detrás de su buró, trabó la puerta con un archivo pequeño, y se sentó en el lugar que antes ocupaba el funcionario para repartir él la nuevas posiciones. Me juraba Jorge que en lo que el tipo dentro del closet pedía auxilio, “El Americano”, dándole un papel firmado y con cuño oficial, le comunicó muy serio.

-Vete pa' el Habana Libre. Ya tienes pincha allí como cantinero en “Las Cañitas“- y que después, abriendo la puerta de la oficina, gritó- El próximo-, y sonriéndose le murmuró a mi amigo- Esto hoy se va a poner bueno de verdad….

It's (his) time to move on...?


Muchos aseguran que en medio de la tan traída crisis económica -donde nada se recupera ni por el supuesto empeño de manos negras y manos blancas-, el arte, y en especial el que factura el exilio cubano, al menos en Condado Dade se muestra redentor. Y es cierto, varios han sido los espacios que se han consolidado en los últimos tres años en este pueblo repleto de semáforos, dándole oportunidad lo mismo a escritores, poetas, artistas plásticos; a todo aquel que cuenta con una propuesta de interés y valía, ya sea residente de Miami o habite en otras latitudes, incluso, cruzando el Atlántico, para que lo exponga. Enumerar estos lugares, por suerte, ya no es un ejercicio simple dada la variedad que hoy se conoce; que igual, no es suficiente todavía. Sin embargo, me voy a referir sólo a uno, el que lamentablemente el día treinta de septiembre cerrará sus puertas: Zu Galería.

La noticia, confieso que no me gusta para nada. Privarse de Zu…, es como perder un importante engranaje en la mecánica de la promoción y la muestra de cualquier manifestación artística que ahora mismo se está haciendo en Miami. El cierre de una anchura precursora como la que Manny López supo llevar con brios, aún a expensas de robarle demasiado tiempo y provocarle uno que otro sabor amargo, tal vez a muchos los desoriente y, tarden incluso en conseguir esa reorientación necesaria; de ahí que, presumo, los habrá, y con toda razón, quienes exigirán se reconsidere la decisión de clausura. Ahora, de mantenerse Manny en sus treces por las razones que sean, y que han de respetarse, queda el saldo favorable de un trabajo de promoción constante, serio, a lo largo de casi un lustro. Un esfuerzo que, sin dudas no ha sido perfecto y ha provocado polémicas en reiteradas ocasiones, pero que sí hizo patente en todo momento su apoyo al creador que tocase sus pertas con un proyecto que mereciera publicitarse, y que precisamente por eso ha de servir como observación obligada, y que lo mismo ha de agradecerse. Yo en particular lo hago.

Nota anunciando el cierre de Zu Galería

Queridos Amigos,
Han sido 4 años desde que empecé en este viaje llamado Zu Galería. Ha sido un camino

largo, a veces con baches, pero los triunfos y las bendiciones han ensombrecido las pequeñas cosas que trataron de molestar mi paz. La felicidad que encontré haciendo lo que he estado haciendo es increíble. Lo he dicho antes, me siento bendecido y agradecido a Dios por permitirme hacer lo que yo quería hacer durante todos estos años. Pero es hora de tomar nuevos caminos, y este es el momento perfecto para hacerlo. Con cierta tristeza tengo que decirles que Zu Galería Fine Arts cierra sus puertas a partir del 30 de septiembre. Estoy muy agradecido a todas las personas que nos han apoyado a través de estos años, empezando por la prensa que, desde el comienzo, me incluyó en sus agendas. A los artistas que son imposibles de enumerar todos aquí, porque hemos tenido desde hace 4 años una exposición mensual y gran cantidad de artistas han dejado su huella en estas paredes y en mí. Además, quiero dar las gracias a todos los poetas y escritores que hicieron Zu Galería un lugar reconocido por la poesía, y por abrirme las puertas a un mundo que sólo soñé poder entrar. Estos cuatro años me han permitido crecer espiritual y profesionalmente, y por eso también estoy agradecido.

Me estoy tomando algunas semanas para poner mis cosas en orden, encontrar un lugar nuevo para vivir, cuidar mi salud, dedicar algún tiempo de calidad a mí mismo y quién sabe, hasta tropezar con el amor a lo largo del camino. Estaré disponible para cualquier proyecto interesante que se pudiera presentar, pero mientras tanto pueden encontrarme en el mismo número de teléfono que siempre he tenido y el correo electrónico que todos ustedes conocen.
Hasta otro momento...

Manny López
Zu Galería Fine Arts


Y conos... de Willians Ríos (IV)


domingo, 12 de septiembre de 2010

Pedro Merino. Entrevista de Armando de Armas

(Martí Noticias, 10/09/10)
Pedro Merino. Narrador y poeta. Graduado en Ciencias Bibliotecarias por la Universidad de La Habana en 1994. En 2003 obtuvo el Premio Juan March Cencillo de Novela Breve, en Palma de Mallorca, España, con la obra Quinta de la Caridad (Operación Fula).

Las historias de Merino se enmarcan dentro de la década de mayor grisura en la vida de la nación cubana, dentro de la grisura misma que ha sido la vida después del año 1959 en la isla: la de los noventas, nombrada por el gobierno comunista con el eufemismo de Período Especial. Merino muestra la cara de una Habana sórdida, sucia, habitada por gentes sin escrúpulos, marginales por obligación que únicamente pretenden sobrevivir las próximas veinticuatro horas. Seres cercados por un medio que se hace cada día más hostil, obsesionados por escapar de un entorno irrespirable, de una jungla sin regla aparente como no sea la del todo vale.

Armando de Armas realizó la siguiente entrevista a Pedro Merino para Martí Noticias.


MN. ¿Cómo se relaciona su obra con el realismo sucio estadounidense de autores como Salinger o Bukowski?

PM. Son autores impresionantes. La técnica de narrar, de Bukowski, la empleo en mis narraciones cortas, sobretodo. En mi caso el realismo no es una relación, es una obligación. También no escribo sobre mí, sino sobre otros. Las malas palabras, la ambigüedad, el humor criollo o cubano, la picardía de mis personajes se enmarca en el realismo marginal. Quise y quisiera escribir sobre ciencia-ficción, pero el realismo, sucio o limpio, me sale espontáneamente. Tengo unos cuentos de fantasía o algo así como de ciencia-ficción. Sin embargo, esos personajes también son marginados irremediablemente.

MN. ¿No cree que algunos autores de intramuros han tomado el realismo sucio como una suerte de mercadeo de postal turística en que jineteras y proxenetas parecerían ser felices aquí, quiero decir, allí?

PM. Esa fue la opción de algunos autores de intramuros. En mi caso, no solo tengo personajes como jineteras y proxenetas. También exploro con los delincuentes, violadores, asesinos, jugadores clandestinos, políticos, delegados, intelectuales, obreros, criminalistas, religiosos, agentes encubiertos, etc.

Quise ser periodista, pero un examen vocacional (que aprobé según amigos míos con los cuales intercambié criterios) no me otorgó el pase a un pupitre de esa Facultad. De todas formas capté la situación y me conformé con escribir por cuenta propia o de forma independiente, temas sociales. Me gradué en la Facultad de Bibliotecología de la Universidad de La Habana en 1994, tuve acceso a mucha información, a documentos no publicados como tesis o trabajos de Diploma. Es por ello que escogí la temática policial o negra como muestra social. Aunque muchos críticos se refieren a ese género como una subliteratura, he intentado mejorarla con más profundidad. Mis personajes son ambiguos, o sea, positivo-negativos. Hay quienes me leen con ojeriza. Para un narrador es importante una actitud mínima para escribir, memoria, e imaginación.

El ensayo, Indagación del choteo, de Jorge Mañach, me ayudó a construir esos seres de papel con letras, el voltereanismo del carácter del cubano, el tuteo, el compadreo, etc, pero, sin mercadeo de postalitas turísticas de seres felices aquí (o allí). Al menos eso creo.

MN. ¿Por qué un título como Pan con tomates verdes?

PM. Porque en Cuba todos no pueden comer pan con tomates maduros, en sentido figurado, ¿entiendes?. Es el título de uno de los veinte cuentos del libro. También es una historia de una niña prostituta habanera que deambula por las calles, es una amiga social que se deja llevar por cualquier ventolera momentánea. Esa niña, apodada Masita, es uno de los personajes femeninos que he explorado con profundidad junto a las hermanas gemelas de mi novela, El caso Jimaguas, en una beca o escuela rural.

MN. Usted fue acreedor del Premio Juan March Cencillo de Novela Breve, en Palma de Mallorca, España. ¿Qué pasó con esa novela premiada, fue publicada?

PM. Sí, fue publicada. Me enteré de ese premio gracias al ex Centro Cultural de España en La Habana, en enero de 2003, el cual fue cerrado por el Gobierno cubano pocos meses después. Enseguida comencé a buscar por Internet, con la ayuda de una amiga que trabajaba en el Palacio Central de Computación en La Habana, las bases de ese certamen literario. Seleccioné a Operación Fula como la novela que enviaría a Palma de Mallorca. Se ajustaba a las bases del concurso con una exactitud perfecta, total. Me cansé de pedir favores para enviarla con alguien que volara a España, pues los correos en Cuba son muy inseguros.

Hasta que decidí pagar unos diez pesos cubanos en la Oficina de Correos de Belascoaín y Carlos III, en el edificio de la Logia Masónica de Cuba. Para el certamen pedían tres (3) ejemplares, pero como tenía escasos recursos, solo envié una copia con tachaduras y correcciones a lápiz, imagínate lo demás. Estaba inconclusa. Mi objetivo era darme a conocer, obtener una beca de creación literaria y, en un futuro, publicarla.

La sorpresa me llegó tarde, pero oportuna. A principios de enero una española estuvo llamando constantemente a varios teléfonos de amistades mías. Una vecina me había dicho que en España querían publicarme un libro, que estuviera al tanto de la próxima llamada. No le hice caso hasta que una noche (era de madrugada en España) un español acababa de hacer una llamada donde preguntaba por mi nombre y apellidos: era el Director de la Fundación Bartolomé March. Finalmente supe la noticia que me sacó del anonimato; sin embargo, ningún periodista de la prensa oficial se acercó a mí. Solo la periodista cubana, Raquel Martori Oxamendi, que trabaja para la Agencia EFE me entrevistó en una oficina de Miramar, en Ciudad de La Habana.

MN. ¿Al convertirse usted en un exiliado se le cerraron puertas a la hora de publicar sus obras?

PM. Pensé que fuera de Cuba me iba a ser más fácil, pero, al parecer, el interés de las grandes editoriales es cuando vives en Cuba. Tener acceso a Internet, pasar a mejor vida, estar más informado, siempre me animaron. Sin embargo, la encrucijada es diferente. Los certámenes literarios estimulan la creación literaria, pero a veces no aceptan la participación por correo electrónico, entonces la impresión es costosa, pues piden hasta cinco (5) copias. El resumé es crucial, definitivo. Hay concursos para noveles, pero ya no lo soy. Por otra parte, hay cientos de escritores latinoamericanos, nuevos valores, que pugnan por publicar, y tienen calidad. Hay puertas abiertas y cerradas. Lo importante no es adivinar cuál de ellas se abrirán, sino revisar con ojos de lupa todo lo escrito, tener un detector de mierda, como decía Ernest Hemingway... y esperar.

MN. ¿Qué opinión le merece a usted la narrativa que se hace hoy en la isla y en el exilio?

PM. En la isla la mayoría escribe sobre el realismo, casi ninguno se inspira en la ciencia-ficción, hay pocos novelistas y, de ellos, muy pocos pueden darse a conocer. En el exilio se escribe con libertad, también temas como el desarraigo, la vida bilingüe, la relación geografía-historia-política se imponen. Hay más novelistas. Es lo que sobresale para mí.

MN. ¿Es la marginalidad un fenómeno que ha extrapolado sus marcos habituales allá en la isla?

PM. Evidentemente es un fenómeno, ya tú lo dijiste. Es difícil despojarse de ese flagelo también, empeorado por la división de una época: 1959. Ya antes existía, pero se ha convertido en enfermedad crónica que influye en la realidad y en los sueños.

MN. ¿Qué dificultades y ventajas presenta el escribir en Cuba?

PM. Las dificultades son impalpables, porque no hay recursos, acceso limitado a Internet y a la prensa extranjera. Y las ventajas sí las hay, aunque algunos no las vean: la tragicomedia cubana, lo que sucede dentro de Cuba repercute con más eco porque es el último bastión socialista; los cambios ambiguos; la sucesión política, etc.

MN. ¿Qué dificultades y ventajas presenta el escribir en el exilio?

PM. Las dificultades son mayores cuando emigras sin nombre, entonces sí tienes que revisar con ojos de lupa tus escritos, la calidad literaria tiene que estar por encima del nivel permisible. Las ventajas se ven cuando emigras con nombre, entonces todo tiene más ofertas, le haces más fácil el trabajo al editor en cuestiones promocionales.




Entrevista tomada de Martí Noticias, realizada por Armando de Armas

sábado, 11 de septiembre de 2010

Un libro escrito por y para otro libro de forajidos…


Por Denis Fortun

En Madrid
Un hombre con demasiado tiempo a su favor, a tal punto que se aburre, entra a la librería de la FNAC de Callao, en Madrid, y se tropieza con un cuaderno de cuentos. La portada muestra el trasero de un enorme Cadillac de los setenta, sugiriendo un espacio, una ciudad. El título se encarga de subrayar de dónde provienen las historias: son relatos que llegan desde Miami. Lo novedoso para este hombre es que descubre que, quienes conforman la antología, son escritores cubanos desfavorecidos por las grandes -y las menores- editoriales. En buena medida se trata de sujetos que se desconoce su obra y, asimismo, tipos muy distantes del estereotipo de un intelectual en occidente, entre otras cosas, pues para vivir practican las más increíbles profesiones, trabajos, piruetas, que la vida impone a los outsiders.  Hombres considerados, además, en su país de origen, como viles traidores, escorias. Y es que son narradores que en su mayoría escaparon por el Mariel, en época del éxodo, y han habitado en una suerte de limbo, retenidos en un entorno viciado, entrampados entre dos orillas.

El hombre con demasiado tiempo a su favor luego de leer “Cuentos desde Miami”, decide ocupar más ese tiempo que le sobra -lo que al parecer es un síndrome en Europa, y particularmente en Madrid- y a cuenta y riesgo emprende un proyecto que más tarde tendrá apoyo académico y ha de culminar en otro libro, el cual no está muy claro en que género literario se mueve, algo que no es óbice para su lectura. El autor transita desde el testimonio, el relato, la biografía, el periodismo de investigación; desde la crónica, la crítica, unas veces mordaz y justificada, otras, las menos, innecesaria, juicios estos últimos de los que pueden prescindirse porque no aportan, como no sea únicamente la europea y un tanto antiamericana opinión -muy de moda en el ciudadano español contemporáneo- sobre la ciudad en que se desarrolla las historias que lo inspiraron para el coctel literario del que hace uso, que se resume en la anunciación de la novela que no lo es.

En fin, el hombre que le sobra el tiempo responde al nombre de Ramón Luque, y es escritor, cineasta, periodista, Doctor de la Universidad de Salamanca, y profesor de la facultad de Comunicaciones, y luego de varios viajes a Miami, emporio que es un importante protagonista en la antología que lo ha seducido, al punto de gastar su propio dinero -detalle que, nos da la verdadera pasión que lo cautiva-, un Miami que considera impersonal y muy dolorosamente desprovisto de peatones, posterior a innumerables conversaciones con José Abreu, Luis de la Paz, Rodolfo Martínez Sotomayor y Armando de Armas -los protagonistas-, ha publicado bajo el sello de la editorial Aduana Vieja un volumen que me lo he leído en apenas tres horas: Ultima novela: Cuba, 30 años después del Mariel. Un libro que aparece en el contexto literario del exilio para reivindicar, en la voz de cuatro amigos, aquellos que apostaron por la literatura y el arte en general, lejos del redil revolucionario, lejos de todo prácticamente.


La Inspiración
Al venir a Miami en el 2004, después de salir del aeropuerto e ir a casa de mi madre, horas más tarde y acompañado de su hermano Omar, fui a casa de Armando de Armas. Hacia más de diez años que no veía a mi viejo amigo, a su esposa, y lógicamente teníamos mucho de que hablar. Por supuesto, la literatura formaba parte de todo lo que íbamos a contarnos, por eso no faltó en la conversación la recién estrenada antología que juntaba bajo una misma carátula a varios escritores exiliados, para mi en su totalidad desconocidos. Armando me regaló un ejemplar y yo terminé leyéndolo en el escaso tiempo que me ha brindado Miami desde que llegué.

Recuerdo que al concluir la lectura, tuve la misma sensación que Luque confiesa haber padecido después de leer el libro. Historias ajenas hasta ese momento para mí, “exóticas”, como una especie de catarsis de grupo, que al decir de Iván de la Nuez en el prólogo se trata de gentes que sufren “pesadillas miamenses”, conformaban el conjunto de ficción escrito por autores rechazados que, aún fuera de la Isla, sentía yo que continuaban soportando ese repudio del que fueron objeto mientras vivieron en Cuba y sólo por contar eso que les daba la gana de contar sin someterse a molde alguno, ideología, y hacerlo en español. Escritores, que gracias a Armando, tuve el privilegio después de conocer a varios entre vino y literatura, como a Carlos Victoria, los hermanos Abreu (Nicolás y José), Luis de la Paz, Rodolfo Martínez Sotomayor y su esposa Eva.


La novela
Ramón Luque queda tan fascinado por un mundo underground al punto que lo motiva a escribir una historia. Un email a Juan Abreu, antologador de “Cuentos…” le abre las puertas y de José y Luis da con Rodolfo y Armando. Pero no queda ahí, su investigación le sirve igual para adentrase en la convulsa y polémica obra de Reinaldo Arenas, la que ha descubierto a mediado de los noventa por la película de Julián Schnabel en la que Javier Bardem interpreta al autor de “Antes que anochezca”; y en la corta carrera, pero no por eso menor, de otro amigo que se fue, Juan Francisco Pulido; y en la vida y labor de Carlos Victoria.

El pretexto de unas entrevistas se vuelve entonces un puente que cruza hacia el exilio, donde la literatura es una crónica enorme y perenne; donde el sufrimiento, la laceración provocada por la expatriación, y más, por el precio que ha de pagarse por el inacabable ejercicio de adaptarse, están presentes en cada párrafo. Y todo ello envuelto, por así decirlo, en los sucesos de la Embajada del Perú y los del Mariel, los que definitivamente marcaron a ambos lados del estrecho de la Florida y trocaron toda la geopolítica del exilio en Miami.


Los personajes
A diferencia de otras, los de esta “novela” son de carne y hueso. Caminan -o manejan- por Miami. Sus testimonios refrendan la vida, para nada fácil, de los escritores proscriptos que fueron y que todavía hoy continúan siendo de alguna manera. Los fragmentos de varios de sus cuentos nos enseñan sus “aspiraciones y limitantes”, e igualmente, algo resulta sin dudas atractivo para el neófito en literatura cubana fuera de Cuba, es que estos cuentos son para y por Miami.

Las descripciones que de ellos practica Luque, a pesar que en algunos momentos podrían considerarse son hechas por un ojo visor distante del afecto -y sin embargo, para nada ausente de simpatía-, tienden a exacerbar ciertas imperfecciones, incluso hasta fisiológicas, adquiridas por algunos de los entrevistados, pero en general retratan bien sus naturalezas. Asi, por ejemplo, ve en José Abreu a un hombre que cuando se conversa con él, sientes te va a mandar a callar de un momento a otro pues su sabiduría y tiempo en la tierra no toleran que divagues, improvises, o hables de aquello que no sabes, en lo que enciende un cigarrillo tras otro. Luis de la Paz, subraya su estrabismo y agrega que nada se le escapa, y su vitalidad y pasión por lo que hace está presente en todo propósito que asume, y no sólo como escritor, sino en el periodismo,  como ensayista, dramaturgo y promotor. Rodolfo Martínez Sotomayor, para Luque es el más sensible, romántico tal vez si se compara con el resto de los protagonistas, y es el que mejor sale parado, Luque lo describe con sobriedad y con un poco de candor, a lo mejor por lo que el mismo Luque reconoce, de todos es Rodolfo con el que más se identifica. Y de Armando dice, con sus maneras y modales, no es menos cierto que al conocerlo te llevas la impresión que estás enfrente de un malandro suspicaz, que te mira con irreverencia, inteligente; un tipo que te registra y siempre sospecha, aún sin proponérselo; un personaje que tiene mucho que contar de su azarosa vida, y de la que en buena medida se nutren sus novelas y cuentos.


En Miami, la reseña
Hoy día, tal vez por la dinámica o manera en que se vive, la literatura se ha visto en la obligación de adaptarse idéntico a como lo hace la sociedad, y las letras universales se vuelve más eclécticas y se van desdibujando las supuestas fronteras que definen los géneros. La búsqueda de una categoría en específico para encasillar una obra literaria, la narrativa en especial, hallo que no es importante en la reseña que me propongo; una suerte de globalización acontece tambien en las letras, y cada vez se hace más importante el contenido. Y aunque "las formas", es evidente, no pueden ser descuidadas, pues como me dijese una vez Manuel Sosa en una entrevista que le hice, "no hay historia que por muy buena que sea puede darse el lujo de ser mal escrita", es innegable que "esas formas" se reorganizan. Atrás quedó la época, y creo que definitivamente, de los grandes mamotretos. Luego entonces, la premisa fundamental de un autor si quiere ser leído es la de no divagar, ser conciso, evitar capítulos largos y, además, contar historias que nos provoquen continuar cruzando sus páginas -objetivo que logra Luque-, para no dejar el libro en un rincón que después olvidamos, hasta que finalmente se guarde en un librero, más por compasión que por necesidad. 

Si el libro que me ocupa, considero que dista de la novela, no por eso voy a renunciar a promoverlo, de veras que ese punto, aún cuando lo reitero, no me resulta importante por estar bien contado, bien escrito. Y las opiniones sobre Miami, aunque no las comparto del todo, de mismo modo las respeto. Y la promoción que le hago, no se reduce sólo por la complicidad que se establece cuando uno lee historias en las que sus protagonistas son amigos. Sucede principalmente por lo que cuenta, qué se propone, y en este caso particular por la denuncia y, a su vez su mejor parte, por la reivindicación de cuatro escritores que escriben a pesar de...

A un hombre como yo -y como muchos en Miami- que no le alcanza el tiempo, dedicar el poco que le sobra para leer un libro, sucede nada más porque este libro lo atrapa. Ultima novela… es un empeño que viene a dar el espacio que merecen aquellos “forajidos literarios”, ya sean marielitos o balseros. Por supuesto, Cuentos desde Miami, "la musa de Luque, es un excelente motivo, una muy buena antologia, por lo que comprendo perfectamente el por qué del proyecto, la obstinación por llevarlo a vías de hecho, y finalmente el resultado, el cual agradezco como lector.

martes, 7 de septiembre de 2010

Y conos... De Willians Ríos (III)


Mora en Café Demetrio...

Atelier

La Otra Esquina de las Palabras
anuncia su tertulia del mes de septiembre:
un encuentro con el pintor cubano
Heriberto Mora
(proyección de imágenes con las obras más importantes del artista)

Lugar: Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
(305)448-4949
Viernes, 10 de septiembre, a las 7:30 p.m.


Heriberto Mora, nacido en La Habana, Cuba, en 1965, vive y trabaja en Miami, FL, Estados Unidos. Después de graduarse en la renombrada Academia de Arte de San Alejandro, Heriberto Mora, como tantos otros cubanos de su generación, emigró a España y luego se radicó en Florida. Ha expuesto su trabajo en renombradas galerías de Florida, New York, North Carolina, la República Dominicana, Portugal y Puerto Rico, entre otros. Su obra forma parte de importantes colecciones como la del Lowe Art Museum y el Frost Art Museum (Florida, USA), la Absolut Vodka Collection en New York y la Berardo Collection en el Museo Berardo, Lisboa (Portugal), así como en colecciones privadas en Madrid, París, New York, Bogotá, Miami, Washington, Caracas, Buenos Aires, Monterrey, Ciudad de México y San Juan, Puerto Rico.




nota de promoción que tomo de La otra esquina de las palabras

Y conos... De Willians Ríos (II)


sábado, 4 de septiembre de 2010

DESIRE & POSSIBILITY





September 11 at 7:00pm - October 2 at 5:00pm

Location Harold Golen Gallery
2294 NW 2nd Ave
Miami, FL

Created By Eduardo Sarmiento

Depending your take- this show can be irritating,
grotesque, disturbing -even cute. It’s all good.

If desire is both infinite and self-consuming, what possibility is there for desire?

The answer must be sought within Sarmiento’s images. Each painting or drawing reveals a certain possibility of desire, which inevitably leads to a desire of some other possibility. It’s as if possibility kept biting desire’s tail, or the other wa...y around.

Alfredo Trif

viernes, 3 de septiembre de 2010

Y conos... De Willians Ríos (I)


Los versos que me cuadran... (XXIX) José Ángel Buesa


Poema del renunciamiento
por J. A. Buesa

Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamás lo sabrás.

Soñaré con el nácar virginal de tu frente;
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñaré con tus labios desesperadamente;
soñaré con tus besos ... y jamás lo sabrás.

Quizá pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amaré más que nunca ... y jamás lo sabrás.

Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.

Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-el tormento infinito que te debo ocultar-
yo te diré sonriente: "No es nada ... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima... ¡y jamás lo sabrás!

Del renunciamiento...

Nos rodeaban cañaverales y pastos, en medio de un sitio que no recuerdo el nombre. Terminada la premiación y luego la lectura de poemas, nos dispusimos a beber, y cuando ya el ron empezaba a doparnos, hubo quien comentó, tal vez exageradamente, que estábamos en tierra sagrada, la que incluso, en una época lejana llegó a ser la tercera zona fiscal más importante en al Isla; otro mencionó que, además, fue uno de la primeros lugares a donde llegó el ferrocarril. Todos recordaron diferentes historias que exaltaban la otrora grandeza de la ciudad de Cruces, y alguien, que no recuerdo ahora su nombre, alzó su feo vaso y pidió un brindis por los hijos ilustres del terruño, en especial a la memoria de Buesa. Al final - aseguró como si se tratase de un mal irremediable-, estamos entre poetas… ¡¿No?!

Para muchos “preclásicos de talleres”, confesarles que uno gustaba de la poesía de José Ángel Buesa, a pesar de que se reconociera, sus imágenes eran en su mayoría comunes, podía devenir en un acto peligroso. No por la postura política del poeta: esa era admirada -por supuesto, a baja voz. Lo terrible radicaba en que, los hubiese capaz de declarar sin pudor alguno que tan “cursis y sensibleros versos resultaban de su agrado”. Y es que, como bien escribiese Manuel Sosa en el post sobre el centenario del crucense (publicado en Gaspar El Lugareño), el hombre a quien no han sabido rescatar o hundirlo del todo, además de que sus versos sean cuestionados por la simplicidad de su estética, asimismo por años la oficialidad practicó una refinada “estrategia metodológica” para minimizarlo, desprestigiándolo incluso, y que llegó a prender de tal forma que cuanto verso suyo se escuchara en voz de uno del gremio, quien se atrevía a tanto era tildado de mediocre, o en el mejor de los casos, un neófito irresponsable, desconocedor total de las nuevas y originales formas de la lírica criolla.

Sin embargo, sé de una historia que ilustra la hipocresía y lo mal sano que ha rodeado siempre a la figura de Buesa. Un poeta joven, de prestigio y de vanguardia, premiado en innumerables ocasiones en concursos nacionales, considerado una de las voces renovadoras que hoy día abundan y detractor del universal guajiro, le avisaron que estaba invitado a una feria del libro en México, pero que lamentablemente los gatos de pasajes debían correr por su cuenta. Pues bien, el sujeto, ni corto ni perezoso, con recursos, y asimismo con contactos los suficientemente buenos como para lograr su propósito, realizó una edición clandestina de más de cien ejemplares de lo “mejorcito” de Buesa, y claro que los vendió todos…






La imagen que ilustra este post nada tien que ver con el susodicho libro que menciono y fue tomada de Google

El peso de una Isla

Testimonio de Reinaldo García Ramos

Video que tomo de You Tube a través del blog

La Otra Esquina de la Palabra

Realización de Editpar.