domingo, 31 de julio de 2011

Los versos que me cuadran en la diáspora (XLVII)

La Navaja de Ockham
de Jesú Díaz (Tinito)
texto y foto que tomo del blog
La otra esquina de la palabras



Envejece aún el Cristo en la morada
más allá de la vida y de la muerte,
enigma indescifrable fue su suerte
que no entiende su todo ni su nada.

¡Atroz algarabía la mirada
del numen en la cruz frente al reflejo,
de un hombre que clavaba su pellejo
en la tez de una mano condenada.

a limpiar con su sangre los pecados,
en oscuras doctrinas que adoramos:
besos Judas, orgías y legados.

Y prevalece Cristo en los racimos
del arcano embrión en que nacimos,
sin saber cuándo ni por qué nos vamos.

Los versos que me cuadran en la diáspora (XLVI)


El personaje oscuro
Yvonne López Arenal
poema que tomo de su blog Archivos y memorias de una actriz 



Allí va mi personaje oscuro. 

Un vampiro, en mi noche desolada de artimañas y mentiras,
por venganza hurta mi espacio,
se retuerce,
me invade el alma. 


Me muestra mil guerras y penumbras.

Su capa es de lujos y apariencias. 

Su sonrisa es odio,
todo un rey de la magia negra. 


Me deja el aliento desbocado.

Es hábil, pero no infalible.

La luz lo acosa, ese es su karma.

viernes, 29 de julio de 2011

Once upon a time in the west


Once Upon a Time in the West (Italian: C'era una volta il West) is a 1968 Italian epic spaghetti western film directed by Sergio Leone for Paramount Pictures. It stars Henry Fonda cast against type as the villain, Charles Bronson as his nemesis, Jason Robards as a bandit, and Claudia Cardinale as a newly widowed homesteader with a past as a prostitute. The screenplay was written by Leone and Sergio Donati, from a story devised by Leone, Bernardo Bertolucci, and Dario Argento. The widescreen cinematography was by Tonino Delli Colli, and Ennio Morricone provided the film score.

In Europe, the film was a substantial box office success, playing for multiple years in some cities. However, it was greeted with a mostly negative critical response upon its 1969 theatrical release in the United States and was a financial flop. The film is now generally acknowledged as a masterpiece and one of the best western films ever made.

In 2009, it was named to the National Film Registry by the Library of Congress for being “culturally, historically or aesthetically” significant and will be preserved for all time.

¡Y la música...!


from Wikipedia

martes, 26 de julio de 2011

Sobre el libro...


Ángel Velázquez Callejas escribe sobre Los Cocozapatos. La reseña, publicada en Neo Club Press, la agradezco y, desde luego, dejo el link para aquellos que les interese leerla.

Gracias Callejas

En la foto, yo cargando a los “protagonistas”. Asustado de que allí mismo ese par de bestias fueran a convertirse...

Los versos que me cuadran en la diáspora (XLV)

El Dios del agua
por Daína Chaviano
poema que tomo de Linden Lane Magazine

Mesías del fuego,
boca perdida en el silencio del agua:
tú sabes del pozo antiguo de las inundaciones,
de los trópicos sepultos en mi cuerpo.
Soy un gesto de luz,
una pálida fiebre en tu costado.
Me arrimo a tu lengua
en secreto
y muerdo tu sonrisa de lujosa porcelana.
Nadie sabe que mi piel
es un muestrario de tus manos.

Un sagrario pondría en tu vientre de perla.

Mis reliquias son tus besos,
mi dios pálido y antiguo.
Si muero,
quiero que me entierren
bajo tus ojos cerrados.

Promoción: toma y daca...

X, que tiene un blog lo suficiente "cliqueado" como para yo considerarlo entre los más que se "pinchan" en la red, me comenta sobre un tema que lo trae molesto, y que además, de cierta manera I know the feeling.

Resulta que durante mucho X ha promovido en su bitácora cuanto evento cultural se produce en Miami, lo mismo de tirios que de troyanos, como me asegura. Y sin esperar nada a cambio, como no sea que en su momento, cuando él lo precisara, pues aquellos que él favoreció con la promoción en su espacio, le devolviesen al menos el gesto.

Para subrayar el problema, como si yo no lo entendiese, pone a un libro de reciente presentación, el que me toca muy de cerca, que en cuanto a publicidad no me puedo quejar, pero que X considera, pudo recibir más de esos que engrosan en este blog el label de “Promoción a Ecobios ”, si al menos fuesen agradecidos.

Yo en cambio me río. Le respondo que no es para tanto. La gente anda ocupada, metida en sus propios rollos y empeños. Cada cual hace lo que considera. No pretendo comprometer a nadie, y menos deseo que hagan las cosas por considerar que me deben algo.

Sin embargo, X , el muy cabrón, consigue sembrar la duda, y yo pensándolo después con morboso detenimiento -vuelvo y repito, a pesar de que no tengo complain alguno-, no dejo de reconocer que hubo uno pocos que guardaron un sospechoso silencio al momento de el parto de El Libro de los Cocozapatos. Por suerte, estoy conciente lo mismo que se trató de escasos portales, y que igual sus razones tendrán, lo que no representa que ahora me proponga ignorarlos.

Eso sí, resulta curioso, risible, y es por donde comenzó la conversación con X, cuando estos señores promueven sus eventos o páginas, se les olvida que no fueron capaces de apostar, aunque fuese con una mínima bulla, por el vecino. Sin vergüenza evidente o tácita, los olvidadizos chicos te mandan correos electrónicos, unos tras otros, pidiendo que reproduzcamos sus más nuevos esfuerzos.

Pero en fin, sin rencores. Yo realmente gozo el acto de anunciar lo que acontece en el mundo cultural, social y hasta underground de Miami (sin costo además, aunque aclaro que me sirve igual una tarjeta de crédito, de débito, e incluso acepto food stamp). Y “esas pequeña cosas” (X es más severo y las define como miserias; resentimientos, que luego se ignoran pues se lucha por el propio beneficio) no me van a limitar que siga “engordando” la etiqueta de “Promoción a Ecobios”, que si se fijan bien, a la derecha, es la que más post tiene después de “Fernandina de Jagua”.

Ahora, de que X lleva su buena dosis de razón en lo que dice, galera, eu no tenho a menor duvida…

Freud abuelo; Freud nieto: la carne y los sentidos ¿La genética freudiana...?


Confieso, y con sobrada vergüenza además, que lo conocía vagamente. Y que hoy, cuando me entero que ha fallecido a la edad de ochenta y nueve años, es que por fin cuento con la confirmación de la duda que me provocaba su apellido: era nieto del célebre Sigmund Freud.

Es decir, el famoso y controvertido psicoanalista, tenía un nieto. Claro, es lógico que así fuese si sus hijos se ocuparon de procrear. Lo que pasa, es que no sabía con certeza que él fuese abuelo de un sujeto tan especial, con sobrado talento en la pintura, como lo era Lucian Freud. Un artista, que según la crítica especializada, junto a Francis Bacon el dueto es de lo mejor en el arte y de los más brillantes en la Escuela de Londres.

Sin embargo, alguien que su nombre me resultara un tanto desconocido hasta ahora, y que no fui capaz de asociarlo como es debido con un apellido que no ha de repetirse si no es que la consanguinidad lo justifica -que ahora se me antoja obvio- contrariamente conozco igual una buena cantidad de sus excelentes pinturas (muchas de ellas “fusiladas” por criollos contemporáneos), reproducidas en Internet hasta la saciedad.

Por supuesto, con esta imperdonable laguna, no he de ser yo quien hable de este “monstruo” de la plástica universal; y que asimismo, genéticamente hablando, con un abuelo como el suyo de seguro que se las traía el nieto; quien lo dude remítase a lo pintado por Lucian.

Será mejor entonces reproducir un artículo de Francisco Calvo Serraller, que me enviara mi buen amigo José Abreu, con la invitación de que lo disfruten…



por FRANCISCO CALVO SERRALLER

Nacido en Berlín el año 1922, Lucian Freud, que era nieto de Sigmund Freud, se instaló en Londres en 1932, llevado allí con solo 10 años por su familia, huyendo de la inmediata barbarie nacional socialista, y su presumible plan implacable de exterminio judío. Dada la corta edad con la que desembarcó en Reino Unido, se comprende que su formación artística y posteriormente su brillante desarrollo como pintor se llevase a cabo como si se hubiese tratado de un genuino artista británico. De hecho, adquirió la nueva nacionalidad en la temprana fecha de 1939. Por todo ello, aunque su origen germánico es indudable, se le ha considerado siempre como uno de los más brillantes representantes de la llamada Escuela de Londres, un grupo informal que aglutinó a un conjunto de artistas de primer rango, surgidos todos ellos tras la II Guerra Mundial, entre los que se contaron figuras tan prominentes como Francis Bacon o Frank Auerbach, los cuales se caracterizaron por estar de alguna manera vinculados a una figuración de estirpe expresionista.

No se puede, sin embargo, tampoco negar la impronta artística alemana que configuró la personalidad de Lucian Freud. Hay que tener en cuenta que su padre, que era arquitecto, había sido asimismo un prometedor pintor, en la época de la Secesión de Viena, y que no solo Lucian Freud, sino el resto de los representantes de la Escuela de Londres, coquetearon en su juventud con el surrealismo y con los pintores alemanes de la llamada Nueva Objetividad, como Otto Dix o Georg Grosz. Al margen de estos precedentes artístico-culturales, Lucian Freud estudió en la Central School of Art y en el Goldsmiths' College, antes de iniciar su carrera artística, hacia comienzos de 1940. Su primera exposición colectiva se produjo en 1944, pero la maduración de su estilo y el comienzo de su proyección pública no se produjo hasta una década después, a partir de 1951.

Desde entonces, habiéndose librado de esas primeras influencias artísticas continentales, Freud se centró en una peculiar interpretación de la pintura realista, conectada en parte con el precedente británico de Stanley Spencer, pero también dejándose contagiar por el morboso sentido físico, carnal y existencial del primer Francis Bacon, con el que mantuvo siempre una relación dialéctica y artística muy vivaces. La pintura de Lucian Freud debe su original peculiaridad al modo con el que supo abordar la figura humana, fundamentalmente desnuda y haciendo siempre valer su turbadora densidad carnal. En su interpretación del desnudo, Freud unió la peculiar visión forzada con que Edgar Degas espiaba los desnudos femeninos, para obtener un punto de vista insólito, y un sentido matérico que les daba una fuerza táctil, muchas veces de efecto turbador. En realidad, como él mismo declaró, pretendía que la propia pintura tuviese una densidad elástica, como la de la carne: "Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mi mismo un idéntico efecto que la carne".


Esta versión del desnudo tan directa y, valga la paradoja, descarnada, así como su independencia de juicio y de costumbres le valieron, en el siempre puritano mundo británico, una fama de alocado libertino, atravesándose con ello muchas veces la frontera del sensacionalismo barato. No hace muchos años, cuando Freud era ya un octogenario, causó malestar la exhibición pública de un autorretrato en el que él se mostraba de pie, pintando sobre un lienzo, mientras una joven desnuda se abrazaba a una de sus piernas.

Tomar esta autorepresentación como un delirio exhibicionista, no solo es un error, sino que significa desconocer la historia de la pintura occidental, a la que este genial artista rindió un sagaz culto, plagando con citas inteligentes de grandes maestros del pasado muchos de sus mejores cuadros. En cualquier caso, no cabe la menor duda de que Lucian Freud ha sido no solo uno de los mejores pintores británicos del siglo XX, sino que, todavía más importante, uno de los artistas figurativos más originales y poderosos de la época contemporánea
.

domingo, 24 de julio de 2011

Las "lagunas" de Alicia

Se ha dicho reiteradamente, y con razón además, que la historia la “reescriben los vencedores”. Sin embargo, entre los “vencidos” siempre queda alguien con memoria, y valor, para desafiar a esa historiografía oficial que nada más recoge detalles donde “la obra” queda reflejada a gusto y conveniencia; por supuesto, dignificada en excesos.

Claro que demora, los “vencidos” también cargamos con la pesada desgracia de que el auditorio, cegado por la luz estroboscópica de los vencedores, igual quede sordo. Pero, para suerte de los que “perdieron”, un día se desmorona la farsa y se consigue saber lo que por tantos años los “campeones” se han empeñado en esconder

Quien lo dude, remítase al link que los llevará a un excelente articulo firmado por Célida P. Villalón. Un trabajo muy lejos de la apología practicada en la red por estos días; más preocupado por la verdad que por la imagen de la figura, y que escribiese sin duda alguna motivada por la reciente conversación que tuviese la señora Alicia Alonso con el entrevistador cubano Ismael Cala, en CNN.

Pinche (donde dice link) y disfrútelo...


Post por un correo que me enviase mi buen amigo José Abreu

viernes, 22 de julio de 2011

Iron Man

Bloqueo/embargo: historia de nuestras vidas

Una palabra durante más de cuarenta y cinco años ha marcado la existencia del cubano nacido luego de 1959: bloqueo.

Es curioso, el corte total, de a cuajo, a un intercambio comercial y diplomático de toda una vida, visto además como un proceso natural continuo, amparado por la geografita y la idiosincrasia de dos pueblos, y que nada habría de interrumpir, vino a convertirse en la mejor herramienta de los comunistas criollos para acusar a los yanquis de muchas cosas, todas feas. La más reiterada: los norteamericanos son responsables del fracaso que sobre el socialismo cubano pesa.

Visto así, con simplicidad, entonces se puede asegurar que la estrategia del embargo ha triunfado. Sin embargo, el resto del mundo siempre se ha comportado más tolerante con los desvaríos de la Revolución. Prácticamente toda la humanidad, hasta los albaneses en su momento, han comerciado con la Isla. Luego entonces, la simplicidad del inicio no lo es tanto. Queda claro en todo caso la ineptitud de un proyecto que ha descansado siempre en la ego-política. El susodicho embargo ha sido como una suerte de aderezo al potaje; un sazón que lo identifica como un plato peculiar. Un detalle que los más “puntuales” definirían como que influye pero no determina.

Claro, igual resulta demasiado superficial contemplar el asunto desde esta perspectiva. Y también es bueno señalar que los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca no se han tomado muy en serio el tema Cuba. Jamás han practicado una medida drástica para cortar el mal de raíz. Primero, por el padrinaje de los rusos; más adelante por otra razones convincentes para Washington, el caso es que los Johnny(s) han permitido que el mal perdure bien cerca de ellos y lo que únicamente han tratado con cierto rigor (y digo cierto, pues hasta el mismísimo embargo ha visto innumerables de rajaduras en su estructura) ha sido el susodicho bloqueo, que en ocasiones se endurece y otras se queda flácido; algunas como si no existiese.

Por supuesto, las figuras que lo componen son las más diversas. Se han utilizado una larga retahíla de opciones para ahogar la economía criolla y con ello sacar literalmente del juego al equipo que lleva las riendas del archipiélago; un torneo demasiado extenso para mi gusto; con números desfavorables para el que lo impone; con un valor moral más que todo. Senadores, congresistas (sobre todo los cubano americanos), han intentado mantener y/o endurecer la reglas...

Y como todo asunto polémico, se cuenta con dos bandos. Los defensores de un comercio abierto, reiterado, sin tener en consideración el tipo de gobierno con el que han de traficar, aluden que en todo este tiempo el embargo no ha producido el resultado ansiado. Han de cambiar por tanto las maneras de lidiar con el “enemigo” y darle lo que pide para llenar a la Isla de turistas red neck (los nuestros no califican) y envenenarla con la democraacia que llevaran en sus maletas. Los que están a favor de cortar más aún los recientes vínculos y ventajas, subrayan que si se le da otra vuelta a la tuerca, esta vez caen.

Mientras tanto, yo no creo ni en uno ni en otro y siento que en La Habana se ríen los jerarcas. La tomadura de pelo, de que por culpa de los gringos el pueblo sufre, todavía la dan por buena millones de tontos útiles, sobre todo los renovados idiotas latinoamericanos, pero es sólo eso, teatro. Cuba, comprando, o vendiéndole lo poco que produce en la actualidad a sus vecinos del Norte, no va a cambiar la naturaleza de su gobierno. El que miles se desgasten, a favor o en contra, es la cortina de humo bien implementada por la gerontocracia criolla con tal de seguir con el mismo relato truculento.

El drama cubano no va a mejorar si se permite el negocio entre los dos países; ni va a empeorar si se recrudece el aislamiento, y todo por una sencilla razón. La política de estado en la Isla es simple: mantener jodido a sus súbditos en medio un límite considerable, permicible; la soga al cuello, la falta de aire, pero no te ahogo del todo. Un entorno que los maneja, ocupándose cada uno en como saltar a como de lugar sus miserias y preocupaciones, y a su vez con vías de escape para "resolver". Carriles que los posibilita la ilegalidad y la corrupción.

Cuando te obligan a la "inventiva" para cubrir tus necesidades elementales, no puedes darte el lujo de pensar en otro tipo de aspiraciones que dignifiquen tu existencia. Primero está la despensa, el congelador, y los zapatos para tus hijos. El bloqueo es adentro, desde dentro, calibrado con eficacia para mantener ocupados en sus propias miserias a los potenciales enemigos que, de tener cubiertas sus precarias vidas, aunque sea de manera básica, van a reconsiderar su modo de ver y actuar. Sino, por qué tanta traba y elementos kafkianos dentro las resoluciones que pretenden implementar legalmente por las cacareadas medidas que han de renovar lo arcaico de un sistema que no se mueve en dirección alguna. Porque la Revolución es como uno de esos molinos con que hubo de enfrentarse El Quijote: enorme, con aspas gigantes, algunos ruinosos, y siempre en el mismo sitio.

Ahora mismo miles de cubanos con familiares allá (con hijos, como yo) no les queda otro remedio que ir ingeniándoselas para mantener calzados, vestidos, sin hambre y sin frío a los suyos. De esa forma, desde el inicio, diseñaron en La Habana el game y lo compramos: los afectos, el amor, los fuertes lazos familiares, ellos saben que va siempre por encima de lo que debe ser correcto (por lo que no dudarás dos veces en “mandar unos tenis blancos”); y lo correcto sería doblegar de cualquier manera a un gobierno que nos ha hundido en la mayor miseria, de todo tipo. Un estado que para sobrevivir se alimenta de las remesas que les envían sus enemigos. Enemigos que a su vez no tienen la menor idea de cómo lidiar con la triste realidad de la que son prisioneros.

El asunto, sin dudas es más complejo. Por lo pronto, creo que la restricciones afectaran sólo a los que intentan vender una prosperidad y un estatus que aquí no tienen (lo que en el argot popular se conoce como los que van a Cuba nada más que a “especular”). Muchachones que gastan su salario en Valsan o piden ropa prestada, y prendas, y después a pavonearse en La Habana y sus alrededores. Sujetos que al parecer les importa más la imagen que la la familia. Tipos que reúnen varios quilos para llegar a allá, conquistando a los que lamentablemente conviven con la miseria a diario. Un turismo de pocas opciones, pero barato cuando se hace underground.

Las restricciones van a mellar un prospero negocio de agencias de pasajes con precios exagerados, y que compran aquellos que lo que más desean es restregarle a los que se quedaron, que hoy son superiores a ellos por vivir fuera. Sentir esa sumisión, esa desmedida cortesía que se ejerce con los que vienen del Yuma; un acto que los hace desenvolverse como reyes en un país repleto de miserables plebeyos; y que su condición, a pesar de que se ha visto marcada por la falta de un comercio bilateral, no la define precisamente el que no suceda el susodicho comercio. Son los que gobiernan en Cuba, aquellos que han dispersado la pobreza como una enfermedad venérea, porque les conviene. Lo demás, sea aquí o allá, de tanto escuchar y no ver que funcione, se me antoja pura entelequia.

miércoles, 20 de julio de 2011

Cuarenta años después, todavía El Versailles...

Cumpliendo con la tradición, tal y como hicieron conmigo cuando llegué a Miami, hube de invitar al Restaurante El Versailles a un amigo y a su esposa cuando finalmente vinieron de España luego de un largo periplo europeo, que terminó en el cruce de la frontera por Canadá. Recuerdo, cuando hablé por teléfono con mi viejo amigo, casi un hermano si tengo en cuenta que nacimos, nos criamos y envejecimos un tantito, en el mismo barrio de La Habana (Los Pastoritas de Nuevo Vedado), este me dijo que estaba loco por comer comida cubana: arroz, frijoles, aguacate, pastelitos de guayaba…

¡Coño! -me dije- ¡Qué mejor lugar para matar una vieja nostalgia alimentaria, superarla incluso en cuanto a calidad y abundancia, que el viejo restaurante de la calle Ocho.

Sin embargo, se trataba igual de mostrarle a mi estimado hermano un sitio de obligada referencia para el cubano que vive en Miami, o pisa la ciudad por primera vez, lugar que algunos injustamente vilipendian, lo insultan por lo que, según ellos, significa; un espacio que para otros se figura una suerte de catedral, meca de obligada visita, al menos una vez en la vida.

Recién en Diario de Cuba leí un articulo sobre los cuarenta años de existencia del restaurante, donde dos presidentes de los Estados Unidos han desayunado o almorzado en medio de una decoración kicht (como subraya el texto), que muestra en gran medida un mal irremediable en una parte numerosa que compone “nuestra estética nacional”, atiborrada de mal gusto en sobrada ocasiones, que la llevamos con nosotros a donde quiera que habitemos en este mundo. Sin embargo, amén de gustos y consideraciones, lo menos importante, lo innegable es qué ha representado durante años el restaurante, y el reconocimiento que se le debe como punto de referencia; además, un sitio mayoritariamente de cubanos, sin importar “orientaciones”, una corriente ideológica marcada y hasta intransigente en algunos casos, una postura política supuestamente  “novedosa” en el contexto criollo de Miami, infiltrada por la izquierda solapada primero y beligerante luego, que provoca por consecuencia un enfrentamiento cada vez mayor.

Por cierto, en los comentarios generados por el post, se pueden leer varios donde se ataca con desmedido desprecio, y hasta odio, a los cubanos que allí se reúnen. Los acusab a todos de batistianos, viejos reaccionarios. Asumen que el local es una cueva donde nada más se dan cita el último reducto de un exilio intolerante, la mafia de Miami.

Resulta curioso, una noche que tomaba café en la parte de afuera del restaurante, en "La ventanita", unos sujetos al parecer borrachos, comenzaron a vitorear la figura de Fidel Castro y hablar de las conquistas de la revolución. Confieso que imaginé se iba a “armar la gorda”, pero para mi sorpresa, las señoras y señores presentes, y yo con ellos, únicamente miramos con desprecio a los “simpáticos hombres nuevos”, nos apartamos, y unos cuantos -de manera educada y respetuosa- les sugirió al grupo de agitadores que si tan bien la pasaban allá por qué vinieron entonces a una ciudad tan terrible y capitalista. Nadie les impedía un regreso, como no fuese el gobierno que ellos alababan.

Reconozco que no soy muy dado a resaltar “la cubanidad”, entre otras cosas porque a veces deja mucho que desear nuestras maneras (y me refiero en especial a las generaciones que nos tocó la desgracia de nacer en Cuba después de 1959), pero El Versailles bien merece evocarse con un mínimo de respeto. También ha sido una suerte de baluarte de esa otra forma de ser cubano que bien vale la pena promoverse, porque aún atesora valores que nos fueron robados, incluso prohibidos, por la manía terrible de crear un hombre nuevo… Y eso, es un hecho innegable a pesar de que los haya quienes intenten demostrar otra cosa...

La noche del Gran Godo

Antes que anochezca... La ópera



Marcel Quillévéré has a radio program on Radio France on Saturdays, and this Saturday, July 23, at 2 (French time), he will air a show on Cuban music with several excerpts from Before Night Falls toward the end of the show.

The link below elucidates more and contains the program.
The program is also available as a podcast, so you can listen to it at your leisure.

http://sites.radiofrance.fr/francemusique/em/latino/emission.php?e_id=90000049&dd=20110723

domingo, 17 de julio de 2011

"Abreudiversificación..."


Que da gusto una nota de promoción cuando se trata de anunciar a los amigos, o a la familia de ellos. A los más nuevos, en este caso…

Por decirlo de alguna manera, el clan Abreu se expande, se diversifica, o al menos la literatura ya no es el único marco en el que pueda buscarse referencias del talento familiar. Los hermanos, por esas cosas de la genética, del fruto de la descendencia, dan un salto adelante. Ya sea vista como la niña para un padre amoroso como Nicolás (que me consta), o una querida sobrina para los tíos Juan y José, la chica del viejo clan se convierte en noticia y esta vez, lo que resulta novedoso, sucede a través del rock.

Avenida Zero, la banda pop-rock compuesta además por el bajista Raydel Fernández, guitarrista Ernesto Ortega y el baterista Gabriel Beltrán, es donde Lisa Abreu hace de vocalista principal. El proyecto pretende la inserción del rock ameriyuma en el mercado joven hispano, lógicamente con textos en español, por lo que trabajan duro. Claro, y con la intención de explorar opciones por toda la Unión.

Lisa es graduada de The American Musical and Dramatic Academy, de New York, y la chica carga unas ganas inmensas de abrirse paso en el competitivo environment de la música. Por cierto, según la nota que publica Multipolar FM, se va a unir al empeño rockero Ernesto Ortega, como guitarrista.

Aquí un link para escuchar un tema de Avenida Zero
(haga clic casi al finalizar la página, donde dice descarga su primer sencillo "Puede ser")

Más de la agrupación en Neo Club

jueves, 14 de julio de 2011

Starbucks

Confieso que al llegar a Miami, la mayoría de mis amigos me invitaron a lugares donde se desbordaba la cubanidad, como El Versailles por ejemplo, que por suerte, de francés sólo el nombre. Pero hubo una amiga, de la que ya hace mucho no tengo noticias, que se desmarcó de la preferencia del resto y me llevó a un Starbucks, allá por la calle Ocho, cerca de FIU (Florida International University), asegurándome que me iba a mostrar un sitio " lo más americano" que yo podría encontrar en la ciudad. No importa dónde estén ubicado- me decía con evidente orgullo. -Cualquier Starbucks que te tropieces en Miami, representa que estarás más cerca de la Norteamérica profunda-; aunque riéndose, reconocía que exageraba. En Miami siempre seremos habitantes al borde del lado anglo, a pesar de McDonald, Burger Kings, Flanigan's o BBQ.

Sin embargo, es innegable que Starbucks viene a resultar una suerte de crossover. El hecho de sentarte en uno de los no muy abundantes establecimientos que existen en Miami, y tomarse un Caffé Mocha, un Capuccino, o cualquier otra oferta en la larga lista de Espresos Beverages hechos a partir del grano mágico, y que los que estamos acostumbrados al café fuerte, en tasa pequeña, con espumita, lo llamamos de una manera que no me atrevo a repetir por lo escatológico de la expresión, te desmarca un tanto de esa “singularidad” de sándwich cubano, bandeja paisa o arepas (esta última reproduciéndose a una velocidad vertiginosa en la ciudad del Doral) que se respira en Miami y que finalmente representa una generalidad donde lo peculiar es un Starbucks.

Tal vez los haya quienes no estén de acuerdo conmigo; ahora, creo no mentir al asegurar que hay un dato curioso. Los clientes de Starbucks, aquí en Miami al menos -como la mayoría de la población-, sino son de origen cubano, lo son del resto de la América hispana; o sus desendientes, bien apegados a sus órigenes en buena medida. Pero la vibra latina cobra aquí una dimensión muy distante de su naturaleza y la impronta del norte, un tanto a la "onda de South Park", se respira. Vienen los Starbucks a convertirse, en esta zona, en un un oasis en medio de ese desierto repleto de sonoridades estridentes, cafeterías o pastelerías de naturaleza bullangueras, subidtas de colesterol, donde la tranquilidad y el espacio propio apenas si respeta.

En un Starbucks puedes sentarte con un café de “cualquier modalidad”, una botella de agua, una laptop, y si deseas permanecer por una o dos horas, no verás a nadie molestándote, conversando en voz alta, o tratando de entablar una plática aburrida sobre lo terrible del tiempo y, lo terrible de Cuba o de Miami.

Una mesa con una silla basta para crear un territorio, como el que ahora yo disfruto y por el que escribo esta crónica en lo que me bebo mi Caffé Latte, me como un biscochito de no sé que cosa (pero que está gustoso), y miro a mi alrededor en lo que escucho una canción de Bob Marley, comprobando que todo el mundo está inmerso “en lo suyo…”


Crónica escrita y posteada en un Starbucks de Miami

Lacuna coil...



miércoles, 13 de julio de 2011

Mama, where are we going...?


Lo que se hace por la respuesta de un amigo


Comprometido divertimento

Un amigo en pleno Diario arremete con sus cantos de respuestas donde no hay signos en la partitura, como no sea el ojo de un buey, un efímero soldado (lo de efímero lo agrego por la virulencia y el destino del oficio, cuando eres raso); y desde luego, la voz (y el contoneo, presumo yo) de una prostituta.

Nota de la redacción: está demostrado que sin meneo de caderas las prostitutas no gozan del canto en lo más mínimo. Han de tener las orejas en la cintura.

Un amigo jura que una tumba en Camden se parte en dos por causa del síndorme de la continuada existencia; que así ha sido condenada. Yo discrepo en este punto con mi buen amigo, no hay tumba. Si acaso hablamos de un espacio que libera al señor de chaqueta roja y un callado en su mano. Pero en fin, estas son apreciaciones de último minuto que únicamente justifica el vino, por mi apego a la continuidad de una copa, y por la vida…

Un amigo termina confesando que no está solo. Su voz cantinolenta pertenece a una tribu que, según nos dice, la arrancaron del fuego.

Otra nota de la redacción: una historia vieja, repetitiva, si se tiene en cuenta lo acontecido a Naoh, Nam, Gau, y a la hermosa Gamla. Cuatro grandes poetas con versos paleolíticos en épocas de entonaciones parecidas y en cavernas lamentablemente familiares.

Un amigo sin pudor le grita a Whitman.

-¡El canto no es un privilegio...!- y tal vez encabronado, le hace saber igual al viejo bueno que él lo mismo precisa de cantarse.

No me sorprende (se trata de mi amigo), yo por tanto hago las veces de su coro.



por Denis Fortun


Caricatura de Omar Santana

lunes, 11 de julio de 2011

El libro para un pretexto...

En la foto, Armando de Armas, Joaquín Gálvez
y los verdaderos Cocozapatos acompañdos de varias botellas de vino...


Este Viernes se "lanzó oficialmente" el Libro de los Cocozapatos. El empeño que hace prácticamente dos años comencé con Editorial Silueta, por fin vio la luz en Café Demetrio’s.

Y fue una tarde-noche memorable, al menos para mi. Fue lo mismo el buen pretexto para reunirme con buenos amigos, recibir a otros que desde ese día los son, y tomar vino, comer varios entremés, conversando ya ni me acuerdo de qué cosa. Aprovechando lo que más pudiese de sus compañías, que mi trabajo me distancia y a veces prohíbe.

Fue igual la culminación de innumerables horas-nalgas-laptop, intentando que un cuento llegara a ser interesante, al menos que no aburra y que agarre. Fue también el descanso después de un agotamiento que únicamente quien practica este oficio sabe. Un receso que dura poco, ya estoy pensando en un próximo proyecto.

La noche del Viernes sirvió lo mismo para reconocer a todos los que de una u otra forma me apoyaron, aún con el riesgo de que me olvidase de algunos, como siempre sucede. Sin embargo, sin temor a que la desmemoria involuntaria reincida, aquí reitero, y aquí comienzo con Luis de la Paz. Sus palabras de presentación las agradezco enormemente. Me hicieron rememorar mis primeros años en Miami, y la suerte de conocerlo junto a José Abreu (luego a Nicolás) en el mismo espacio en que conocí a Rodolfo (quien parafraseando a Zweig se pregunta, dónde y cuándo fue que escuchó mi nombre por primera vez), y a su esposa Eva (y a otros tantos): la casa de mi buen amigo Armando de Armas y de “Mimí”, a los que, ya por eso, basta para que les agradezca lo mismo.

Quiero, sin mantener un orden cronológico, agradecer a Delio Regueral porque una de sus musas me inspiró una a historia, y por la foto que tomase (aunque en el momento que lo hiciera estuviese trajinado por Baco, o Dionisio, lo que no fue óbice para que su talento como fotógrafo quedase de manifiesto una vez más), para que el “monstruo” de Omar Santana compusiese la ilustración del cuaderno, que para mi es un privilegio y la confirmación de que, si valen Los Cocozapatos, es fundamentalmente porque el maestro logró pintarlos tal y como yo me los imaginaba cuando escribía la historia.

Claro, hay más, muchos más, como ya dije la noche del Viernes, los que luego de que se confirmara la salida de El Libro..., apostaron por “el calzado maldito”. Ernesto G, esa suerte de Subiela-Hitchcock de la blogo nuestra (y no lo comparo con Spielberg, no por falta de talento, sino por la fragilidad de su capital si se establece un paralelo con el judío pródigo), que va dejando testimonio de lo que acontece en Miami en cuanto al arte criollo. A la nueva identidad Idañel (Armando e Idabel), que no han descansado, ni escatimado espacio, para promover a The book of The Crocoshoes en Neo Club… De nuevo a Rodolfo, porque llegó a involucrar a artistas de teatro, como Sandra García, de Teatro en Miami Studio, para la realización de uno de los tres videos que andan por You Tube; sin dejar de mencionar su paciencia y más la de Eva, que después de mi, posiblemente haya sido la persona que más se haya leído Los Cocozapatos.

No quiero dejar de referirme a El Nuevo Herald; a Diario Las Américas. A portales en la Web como Cubaencuentro, Diario de Cuba. Los blogs La Casa Cuba, de Eduardo Mesa; X amor al Arte, blog de Irami; el blog de Ernesto G; Cuba Inglesa (no me acostumbro a lo de Agencia Cansa), KontARTE de Zahyli y Michael, y a Joaquín Gálvez, otro al que le debo tanto por su apoyo (y por el audio nuevo que disfruté), y por la prestación de su blog, que por estos días nada más que ha posteado sobre los zapatos convertidos en fiera; y por el espacio en su tertulia; y que de alguna manera, junto a Mandy, me sirvió de pretexto para que haya un libro donde una historia les pertenece a ambos.

Y por último (y esto lo hago con toda intención, para subrayarlo), quiero agradecer a Rosana. Por ella, por su paciencia, es que pude practicar el acto de exponer mi libro como un producto terminado.

Por Rosana conseguí distanciarme de vicios (o al menos lo intenté con fuerza) que a veces lastran a aquellos que, como yo, al momento de escribir no pueden renunciar a la complicidad que durante mucho establecimos con la catarsis. Sus consejos me mostraron las maneras que manchan a la ficción si se usa indiscriminadamente esta herramienta que brota del pecho, a veces para bien, que sino nos ahogamos, pero que nos puede hundir en el panfleto si se pierde el control. Resentimientos que contaminan una historia por el deseo transmitir una denuncia, olvidándonos que la historia misma se encargará de denunciar. Mi mujer me mostró la distancia que le debo a nuestras miserias, y supo prestarme con amor su sexto sentido para que yo contase un cuento, varios, pero sólo eso. Quiero mencionar a mis hijos, a ellos va dedicado este libro

Ahora me queda agradecer a los que compraron el cuaderno, y hacerles saber que mi mayor deseo es que lo disfruten…


foto Denis Fortun/Fernandina de Jagua Blog

domingo, 10 de julio de 2011

La noche (tarde) del Viernes (III)

La Tarde (noche) del Viernes (II)

La tarde del Viernes (I)

En Miami, libro premiado y censurado en Cuba

El libro de relatos La noche del Gran Godo, del escritor cubano Manuel Gayol Mecías, que fuera premiado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en 1992, será presentado el próximo viernes 29 de julio en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, que coordina en Miami el poeta Joaquín Gálvez.

La noche del Gran Godo obtuvo en diciembre de 1992 el Premio de Cuento Luis Felipe Rodríguez de la UNEAC, otorgado por un jurado compuesto por los escritores Francisco López Sacha, Jaime Saruski y Eliseo Altunaga.

Meses después, durante un viaje a España, el autor hizo declaraciones críticas sobre el régimen de los hermanos Castro, en su nueva condición de exiliado. Entonces el proceso para la publicación del libro se detuvo.

La noche del Gran Godo ha permanecido censurado desde entonces en la Isla, durante 19 años, a pesar de que el concurso en el que fue premiado establecía su publicación.

El libro, que ha sido descrito por sus actuales editores (Neo Club Ediciones) como “un viaje sin freno al interior de la noche habanera”, fue premiado por el jurado “por considerar que posee una manera singular de construir mundos, ofreciendo una imagen de la vida nocturna y de las relaciones humanas en La Habana de hoy [1992]”.

Asimismo, según el acta de premiación, el libro resultó ganador “por la coherencia y continuidad estilística y por el dominio de las técnicas expresivas en su acercamiento a una temática que, aunque ya cuenta con una tradición en la cuentística cubana, se desarrolla por el autor con nuevos puntos de vista”.

Manuel Gayol Mecías ha publicado Retablo de la fábula (Poesía, Editorial Letras Cubanas, 1989), Valoración múltiple sobre Andrés Bello (Compilación, Editorial Casa de las Américas, 1989), El jaguar es un sueño de ámbar (Cuentos, Editorial del Centro Provincial del Libro de La Habana, 1990), y Retorno de la duda (Poesía, Ediciones Vivarium, Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana, 1995). Actualmente edita la revista digital Palabra Abierta (http://palabrabierta.com) desde Corona, California.

En 2004, con El otro sueño de Sísifo, Gayol obtuvo el Premio Internacional de Cuento Enrique Labrador Ruiz, del Círculo de Cultura Panamericano de Nueva York.

En La Otra Esquina de las Palabras, el 29 de julio a las 7:30 p.m., La noche del Gran Godo será presentada por el también escritor cubano Rodolfo Martínez Sotomayor.




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nota de prensa de Neo Club

jueves, 7 de julio de 2011

Celia y Tom; Cruz y Cruise

Uno de las consecuencias inmediatas de “Palabras a los Intelectuales”, dichas al inicio de la obra por boca y voz de su arquitecto principal, fue el miedo - para los más "avispados" se redujo a un prudente sometimiento-, luego el ostracismo, y finalmente la desbandada. Y aquellos que se mantuvieron consecuentes con su desconformidad, después no les quedó más remedio y se marcharon del país. Claro, por tal afrenta pagaron su precio: la patria los borró de su faz y de sus registros.

El resultado entonces se resumió en un duro exilio, bien incierto en los primeros años. Sin embargo, eso no limitó el acto de la creación en muchos. Nombres sobran para ilustrar una prestigiosa lista que reúna alguna vez a los que, en diferentes manifestaciones del arte y la literatura, marcaron una pauta en la cultura universal contemporánea y no sólo la criolla.

Claro, lo retorcido es que “esos traidores” destinados a un destierro desgarrador, y que estando fuera de su país no dejaron de padecer, de pensar y de actuar como artistas o escritores cubanos, hoy esa misma revolución que los intentó destruir, silenciar, aplastarlos y robarles inlcuso su nacionalidad, hoy a través del verbo coqueto de su flamante viceministro de cultura los reclama como patrimonio únicamente cubano y dentro de los marcos de la insularidad de granja revolucionaria.

Recuerdo un chiste que ha de ilustrar esta ironía, y que lo hacíamos cuando en mi barrio habanero se vio -de manera clandestina por supuesto- Top Gun, donde Tom Cruise (pronunciado entre nosotros como Ton Cruss) interpretaba a un joven piloto. La jarana, simpática para nosotros en aquel entonces, se simplificaba con una pregunta para el que no estuviese muy informado sobre el actor norteamericano ¿Pero tú no sabes quién es Ton Cruss? -le disparábamos al "ignorante hollywoodense"- y enseguida, sin tiempo a que respondiera, le aclarábamos que Ton Cruss era el hijo de Celia Cruss.

Al mejor el compañero Rojas reclama lo mismo al actor norteamericano y hasta se atreve a asegurar que la película de Tony Scott es una producción del ICAI…


El libro, la lluvia y el plan B


El tiempo al parecer será lluvioso este Viernes. Tratándose de mi, no me extraña que un fuerte aguacero se deje sentir, si tengo en cuenta que el día en que nací, hace ya los años suficientes como para evitar reconocerlos de manera pública, el ciclón Flora azotaba la región del oriente cubano.

De una manera u otra, aunque sea difícil creer, la lluvia me acompaña desde niño, lo que igual no me molesta. Quiero decir, siento una suerte de relación muy peculiar con ella. Los días lluviosos ejercen en mi una especial fascinación y desde que era pequeño, casi siempre en las fechas más importantes para mi, si no se nubla, cae al menos uno que otro chubasco que bien puede terminar en una versión light del diluvio. Contrario a una gran mayoría, mis horas favoritas son aquellas que permanecen nubladas, con agua y amenaza de más; grises, como gustan de definir aquellos apegados a imágenes clásicas, comunes para algunos más exigentes.

Además, teniendo en cuenta que una de las historias de mi libro a presentar este Viernes, uno de sus protagonistas más importantes son un par de zapatos de cocodrilos, el agua es elemento que más se justifica.

En fin, tampoco hay por qué preocuparse. Mi buen amigo Joaquín tiene previsto un Plan B en Café Demetrio’s. Para los que aún no lo han notado, existe un techo seguro que bien puede cubrir a los que asistan a la presentación. Una estrategia que, para que funcione bien, depende de nuestra puntualidad criolla; el único punto que puede preocuparme ciertamente.

Los cubanos, sin importar latitudes, somos reconocidos mundialmente por nuestro manejo impropio de la exactitud al momento de asistir a algún evento. Nada, que nuestro desapego a Cronos es proverbial…

miércoles, 6 de julio de 2011

Los más capacitados...

Hay textos que merecen recordarse; que precisan del uso y del abuso; que han repetirse a toda hora, espaciarse; qué se yo cómo definirlo. Digamos que son palabras dichas a unos y que les sirven a otros. Frases que brotan en medio de un contexto que luego resulta pequeño y se vuelven imágenes aplicables a otras latitudes. Claro, debe ser porque de hijos de putas ineptos que nos vienen gobernando por años, y que únicamente practican bien el ejercicio de la estafa, está abarrotado el mundo…; al menos en este lado, del Río Bravo hacia abajo.

La foto la tomo del blog En tierra firme…

Repetimos...

martes, 5 de julio de 2011

Pápi, ¿qué es esto...?

Michael y Zahylis, entiéndase KontARTE, han tenido la gentileza de escribir una texto sobre Los Cocozapatos. Mis buenos amigos se han entusiasmado con las historias del libro. Sin embargo, su pequeña hija, no tanto. Dice la hermosa pequeña que no le gustan los bichos-calzados.
Los niños no mienten, asegura Maurice… Y tiene razón

Para leer la reseña, clic aquí.

sábado, 2 de julio de 2011

El Genio, Aladino y Los Cocozapatos


El milagro de una lámpara que me favorece.
De tan bueno, que no hay motivos para que se escape un sordo frustrado…

Si no lo acredita, haga clic aquí.

viernes, 1 de julio de 2011

Ya vienen


La melancolía delirante


Recibo desde España uno de esos correos que se me antojan una suerte de letanía, y que pretende exaltar lamentaciones desfasadas. Palabras que intentan, entre lo dicharachero y lo simpático, promover un sentimiento de resignación porque hemos descubierto que ya no somos de ninguna parte. Si, los cubanos que salen de la Isla, en su mayoría lo hacen odiando todo lo que representa esa cubanidad, y luego de un tiempo “afuera”, descubren que la nostalgia los entristece, el síndrome del gorrión enjaulado los aplasta, y se empeñan en cargar el fardo de una culpa que no les pertenece, ubicándose muchos en tierra de nadie. Inadaptados sobre todo para un regreso.

Por supuesto, reconozco que la “Isla marca”. Para aquél que nació y creció en un barrio habanero, no es lo mismo vivir en una Europa gélida, un Norte completamente anglo, que un Miami envolvente y cumbanchero a tal punto que en ocasiones molesta. Allá, en esos lugares ajenos del “calor y la fraternidad nuestra”, debe sentirse más la falta de “patria y gente”. Parece que a los de aquí les tocó una corta ventaja.

Pero lo curioso es la capacidad que nos asiste para desvirtuar los hechos. En apenas un par de años olvidamos la realidad que queda atrás, la que nos empujó sin dudas a dar el paso, y que supuestamente no soportábamos. Un escenario, que después de vivir en tierra ajena, edulcoramos y como reconoce precisamente el correo al que hago referencia, los hay quienes comienzan por pintarlo con mejores visos; un ejercicio casi improbable si tenemos en cuenta que se trata realidad muy trsite. La Cuba que nos tocó vivir a mi generación, las que me precedieron luego de 1959, y las que después me suceden, cuentan con muy poco de hermoso para disfrutar una morriña digna; nada que logre enmendarla un poco.

Sin embargo, es ahí, como reitera el email, cuando se empieza a recordar el viejo barrio, la mesa de dominó y la “chispa de tren” u otro tipo de alcohol de dudosa procedencia que compartías con los “ecobios”. Incluso, aquellos negrotes mal educados, que al pasar las muchachas les decían innumerables groserias, hoy asumes que se trataban de simples mancebos inexpertos, en la flor de su juventud y la sobrada producción de testosteronas, que piropeaban con gracia y frescura criolla a unas ninfas que disfrutaban el acto de saberse bellas y apetecidas.

Claro, esa añoranza te envuelve en lo que bebes un sorbo de whisky dentro de una sala confortable y con calefacción, o aire acondicionado, dependiendo del tiempo; en lo que ojeas un catalogo de una mueblería con idea de renovar alguna cosa porque tu mujer, la que conociste aquí, desea al menos una mesita nueva; y en lo que piensas, al ver los precios, que el presidente de turno del país donde ahora habitas es un comemierda pues no ha hecho nada por resolver la crisis; y lo mejor, es que no tienes miedo de gritarlo si lo consideras pertinente porque por primera vez eres libre de practicar ese derecho y conciente además de que puedes usarlo sin represalias.

Y la cura así es improbable, si cuando miras por la ventana descubres la nieve cayendo -porque eres de esos que le tocó la “mala suerte” de no venir a Miami-, en lo que preparas una taza de café. Es entonces cuando “te partes en dos” y ruegas por el cálido sol del verano criollo -pasas por alto la falta de un ventilador, de electricidad, y lo insoportable de la calentura del astro rey-; y te falta lo mismo el sabor del brebaje aquel, compuesto de chícharo y café del peor grano, que te llevaba “la vieja”, o “la jeva”, a la cama y que en reiteradas ocasiones vino a ser tu único desayuno.

Desde luego, como asegura el correo de marras, es aquí cuando odias a tu new environment. Comienzas a rememorar la belleza de tu país y sus gentes, tan abiertas, tan sociables, tan solidarias y deseosas siempre de ayudar al vecino; gentes dispuestas a participar de tu vida, lo quisieras o no. Lo que antes te perecía horrible hoy no lo es. La vieja de “vigilancia”, que no dejaba de meter sus narices en tus asuntos, en tu casa, y te hacia la vida “una croqueta”, ahora interpretas su comportamiento como parte de “la idiosincrasia nuestra, provista a interactuar de manera tan cercana, a veces invasiva, pero buena porque te ayuda y jamás te sientes solo”.

¡Vete a la mierda nostálgico incurable! Agradece lo que a unos, sólo por el empeño de conseguirlo, les costó ahogarse en medio del estrecho de La Florida. Es cierto que vives en un lugar con reglas nuevas, donde la competitividad y tus habilidades para salir adelante son imprescindibles, entre otras cosas, porque lo haces en una sociedad muy lejos del paternalismo que únicamente se entronizó allá porque así es la mejor manera de controlarte. Es verdad que te rodean gentes diferentes, que asimismo no vociferan ni piden sal o azúcar; lo que allá odiabas. Y si es triste cuando vuelves de visita, porque a los cinco días no aguantas y gritas por regresar a la que considerabas no era tu casa. Sabes que peor es permanecer como el ciudadano de segunda que fuiste. El espacio donde te preguntabas, qué hacías allí, esta vez precisas como el aire.

Descubres con pesar -lo que resulta inaudito- que lo que pensabas era una jaula es nada más y menos que el mundo libre, con lo bueno y lo malo que representa. La tristeza por la falta de tu terruño ha resultado un estado anímico innecesario, superable por suerte. Lo terrible es que nadie se cuestiona la verdadera naturaleza de ese desarraigo por partida doble al que estamos irremediablemente sujetos, y por el que algunos no consiguen reconocer como propio el emporio que les ha tocado, ni el que les vio nacer.

Nadie comenta -no sé si es por miedo o disfunción neuronal- que no se debe a la triste suerte de haberte marchado de tu país todo ese desgarramiento que corroe a unos más que otros -en todo caso un acto personal que en otras latitudes lleva implicito el remedio para contrarestarlo: con retornar basta-. Se olvidan, o se ignora con conocimiento de causa, que las razones de un exilio son las que nos deben asistir al momento de luchar contra la melancolía delirante. Ese es el verdadero culpable, el gobierno que te obligó a irte de tu propio suelo, por falta de libertad y oportunidades, y que ha muchos les prohibe el regreso; a los que los bendice con la gracia de aceptarlos otra vez, temporalmente, sucede despues de que un funcionario consular extendió un permiso de aprobación. Luego entonces, si ya tienes eso, libertad y opciones, disfrútalo y deja el resentimiento; o apuesta por conseguir el cambio, adentro…

Alguien me dijo una vez que la patria son los amigos, los buenos recuerdos, los ojos de tus hijos, las canas de una madre, todos ellos con su mirada cerca de ti; con el calor de los que quieres de manera tangible; el sitio en el cual te abres camino. Lo demás es un concepto abstracto, manipulador. Es puro paisaje, me aseguró con pesar...

Nunca pensé que, luego de siete años lejos de mi Fernandina de Jagua, le daría la razón.