sábado, 29 de diciembre de 2012

Sentencias para un fin de año...

Armando Añel me pregunta para Neo Club Press. La entrevista, que forma parte de una serie en la cual responden varios amigos que de una manera u otra participan en la vida cultural de Miami, como bien asegura Añel se trata de ofrecer una “definición que constituye, en sí misma, un retrato de quien define. En su esencia primordial, revela la personalidad de quien la emite con una fidelidad casi fotográfica…” .

Son estas mis pequeñas “sentencias…”:


Definiciones 2012

1- AA. Defíname, por favor, qué es para usted Miami.

DF. Una ciudad generalmente chata, repleta de semáforos, que me ha dado amparo, satisfacciones y algún que otro dolor de cabeza que no habrá resuelto un Advil.

2- AA. La vida

DF. Un ejercicio por el que vale la pena agotarse.

3- AA. La trascendencia

DF. Una suerte de conspiración a tus espaldas, si se prueba que eres culpable de algo…

4- AA. La mediocridad

DF. Una virosis que se manifiesta en gran medida en los inocentes; un cuadro clínico que termina en un resentido homenaje…

5- AA. Aquello a lo que nunca dice que no

DF. Al amor

6- AA. Un escándalo

DF. Mandar al carajo a un editor

7- AA. Una trampa

DF. El editor mismo

8- AA. Un perro

DF. Si ladra, el mejor amigo. Si conversa, termina mordiéndote.

9- AA. Un jinetero cultural

DF. Individuo que pertenece a un gremio en franco crecimiento

10-AA. El año 2012.

DF. Posterior al 2011, anterior al 2013. El deseo de que sea la víspera de uno mejor para todos.

domingo, 16 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Joaquín Gálvez: una entrevista a Armando Añel


El viernes 21 de diciembre se presenta en la tertulia “ La otra esquina de las palabras” la antología de narrativa erótica “Los cuerpos del deseo”. Por tal motivo, Joaquín Gálvez entrevista a Armando Añel, que junto a su esposa Idabel Rosales fueran los promotores del concurso. El libro ha sido publicado por la editorial Alexandria Library, sello de Kiko Arocha, y Neo Club Press, que dirige el propio Añel.

 Para leer la entrevista, clic aquí…

Metamorphosis


Mystery solved. The Spider comes back... 

 Amazing…


Un comentario que publicase una amiga en FB; una foto que subiera a su muro otro amigo , me dan la oportunidad de practicar esta suerte de divertimento. Espero que sepan perdonarme ambos, pero es que cada uno por separado (incluso sin conocerce) al parecer tienen cierta obsesión por las arañas…

martes, 11 de diciembre de 2012

El cine va de 24 a 48; luego a 60… Vale la velocidad


Si algo ha estado inamovible aparentemente dentro de la industria cinematográfica mundial, ha sido su formato en lo que ha proyección de sala representa. Las 24 imágenes por segundo (me viene ahora a la memoria el programa de Enrique Colina, en Cuba, con el mismo nombre; es decir, para aquellos que no lo recuerdan o simplemente no lo conocen, se llamaba justamente así: 24 x Segundos…), durante casi un siglo se han mantenido como el último reducto (esto me recuerda otra cosa que prefiero no describir entre paréntesis) de una industria que, con tal de reducir perdidas, se ha estado renovando constantemente al punto de rescatar la tercera dimensión como “gancho” para cubrir butacas.

Por cierto, este formato, el de 3D, se aplicó creo por primera vez (o al menos está entre las pioneras) con House of Wax (“Museo de Cera”), la versión de 1953 que estelarizara Vincent Price y que fuese asimismo una de las incipientes apariciones de un actor que luego se transformó en un ícono -a pesar de los críticos- y que se nombraba por aquel entonces como Charles Buchinsk; alguien que después se conocería como Charles Bronson.

Sin embargo, lo que resultó una especie de tabú o traba en la industria (por denominarlo de alguna manera) finalmente se ha roto en la era digital. Según un artículo de Richard Verrier, de Los Angeles Times, que publica Estadáo en su versión digital, periódico de alta circulación en Sao Paulo, el estreno de la zaga El Hobbit, filme del reconocido director Peter Jackson y colega además de James Cameron, se exhibirá con el doble.

Nada, que la compañía Warner Bros., quien ha apostado por el nuevo proyecto, arremete ahora con 48 cuadros por segundos… Acorde con el post, como aconteciera con el sonido, esta tecnología puede dejar fuera a numerosos dueños de salas de pequeño formato, al menos por el tiempo que les tome adaptarse a la novedosa hechura. Las ventajas, según especialistas, mas imágenes por segundo constituye mejor nitidez; mucho más próximo a lo que el ojo humano capta; proporcionando una fotografía más nítida, lo que reduce el stress visual causado por los filmes en 3D.

Y dicho sea de paso, Mr. Cameron va hacer alarde en la continuación de Avatar. Pretende proyectar la película con 60 cuadros por segundos. Nada, que la alta velocidad se renueva en Hollywood (¿dónde si no?), y ya los hay quienes lloran por los portales; claro, hasta que consigan subirse al carro del progreso. Que para suerte de ellos, la cosa todavía anda en lo que a experimentación se refiere. Pero, de que viene, viene…, y la prueba es la historia de Tolkien en pantalla, una de las novelas que más disfrutara en mi juventud.

Y yo contento, eso de la 3D, mas que deleitarme, me provoca una "nota" increíble que lamentablemente no gozo…

lunes, 10 de diciembre de 2012

La ciudad de Miami ¿Cómo puede definirse…?


Dos artículos de Haroldo Dilla Alfonso (Un libro imprescindible sobre las magias de Miami, y Las complejidades de Miami) desatan una encendida polémica en Cubaencuentro.

Prácticamente se han articulado dos bandos en la zona de comentarios. El primero, donde están los que defiende con pasión y estadísticas favorables, en cuanto a desarrollo social y económico, a la joven ciudad que nos ha dado abrigo a muchos. El segundo, atacando el entusiasmo de aquellos, los primeros; mostrando números menos favorables -y con una suerte  de resentimiento como estandarte, ya sea abiertamente o de manera tácita-, olvidan que igual son en alguna medida hijos –no importa que se consideren putativos o adoptados- de Miami.

Por supuesto, están “los de afuera”, que arremeten desde la “trinchera”, y terminan hablando de las bondades de La Habana, y exaltan sobre todo nuestros numerosos defectos como nacionalidad y nos acusan de pertenecer a un ghetto cerrado.

No sé, los habrá quienes me tilden de loco. Sin embargo, remitiéndome a una "frase célebre" dicha por un pelotero, apesar de sus lados oscuros, que los tiene, I love Miami...

martes, 4 de diciembre de 2012

Espada y Hacha



En el apartamento donde crecí, en La Habana, Los Pastoritas de Nuevo Vedado para ser más exacto, muy próximo a los cuartos existía una abertura de unos ochenta centímetros de ancho y unos ocho pies de altura, que no era visible desde la sala. Para muchos de los que vivíamos en ese tipo de edificio, a los adultos me refiero, el espacio finalmente se convertía en un closet, algunos cerrados con una puerta, estos los mas “sofisticados”, y otros, los más sencillos, con una simple cortina. Un lugar que sugería una utilidad poco común, como no fuese la de guardar un secreto por lo disimulado de su posición, y que cada vecino le daba el uso que mejor consideraba.

En mi casa, debido a la cantidad de libros y revistas, se colocaron varios entrepaños y el susodicho punto se convirtió inicialmente en un librero con una funcionalidad anexa: en el piso se guardaban zapatos sobre una parrilla de madera que hacia las veces de base para dejar el calzado, el mío, mis "colegiales", que regresaban diariamente sucio, llenos de fango, debido a la construcción de los nuevos edificios de doce plantas que proliferaron como una virosis alrededor de “Los Pastoritas”, una época donde los fieles revolucionarios amantes de su venerado líder, en su desafuero daban por hecho que la Isla iba a convertirse en una suerte de milagro japonés, y sí que se lo creían estos fervientes revoulucionarios. Y ya en la cima, pegadito al techo, en mi caso, y en mi casa, existia una suerte de extension muy pequeña de una iglesia, era el sagrado y clandestino espacio de la casa para la veneración de La Santa. Y es que, luego de una buena cantidad de libros, que hoy agradezco haber conocido en mi primera infancia, que después me acompañaron hasta mi juventud, y que lamentablemente no me los leí todos, al tope de este paréntesis de concreto, como quien busca estar así más cerca del cielo, se coronaba con un altar a Santa Bárbara.

Una imagen de yeso de la venerada Santa, una vela que se le encendía en reiteradas ocasiones, los 4 de diciembre especialmente, una linda copa roja llena de agua, fueron para mí los primeros atisbos de cierta desobediencia civil en una sociedad supuestamente materialista y atea; o mejor dicho, la primera y gran confabulación que establecí con mi abuela.

Ella, mi abuela, me decía que le pidiera cosas buenas para nosotros, cuando yo observaba a la Virgen no sin cierto temor; que le mostrara respeto, amor, pero que no podía comentar de su presencia con ninguno de mis amigos. Por supuesto, para un niño de siete u ocho años aquello resultaba fascinante. El misterio que una mujer poderosa y bella, que por si fuese poco cargaba con una espada y  estaba junto a Dios, y mejor aún,me protegía, me daba esto la seguridad que nada malo iba a suceder. 

Por otra parte, la responsabilidad de guardar aquel secreto, que me invitaba asimismo a que abriese la cortina que funcionaba como puerta, más para evitar miradas indiscretas que por seguridad, y pedir por las más increíbles cosas que pretende un niño, representaba igual un peso enorme.

Recuerdo que sentía como La Santa me miraba desde la altura que ocupaba, que en ese entonces se me antojaba inmensa, en lo que yo rogaba por cosas buenas para mi familia, como me había enseñado mi abuela, y cosas buenas para mi, lógicamente, que un niño puede desear. Y así fui creciendo, también repleto de complicidades con la hermosa virgen, intentando guardar el secreto -decir que tenía una Santa que me cuidaba no era lo suficiente revolucionario, incluso resultaba peligroso-, asumiéndola como un miembro más de la familia, disfrutando como mi abuela conversaba con ella todos los días muy dulcemente, y otros, le peleaba reclamándole algún milagro pendiente; eso sí, siempre con sumisión, con respeto, y por supuesto, su velita encendida.

Sin embargo, una vez, y no recuerdo hoy por qué razón, finalmente no guardé el secreto como debía, hermético, incumpliendo así la promesa a mi abuela, y le confesé muy orgulloso a un amigo del barrio -negrito para más señas-, que yo gozaba de la protección de una Santa con una espada enorme, de nombre Bárbara, la Bendita. 

Su respuesta para mí fue una ventana por la que descubrí la mágica dualidad que nos asiste como nación, y para bien, de la que, además, hoy yo participo con fe y orgullo. En su apartamento, en el mismo sitio, cerrado igual con una cortina, a él lo protegía un negro fuerte y temerario, con un hacha, que se llamaba Changó.

Hoy, 4 de diciembre, ya sea Espada o Hacha -no importa si en La Habana o Miami-, el día le pertenece a ellos. Y mientras escribo estas líneas contemplo con regocijo, encima del librero que está justo a mi derecha, como la llama de una vela roja brilla alumbrando su hermosa imagen, acompañada por una manzana roja.





Post que escribiese para FJ en diciembre del 2009
Hoy igual la vela está encendida...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Apocalipsis y resurreción en Café Demetrios


“Apocalipsis: La resurrección”, la nueva novela de Armando Añel y que publicara Neo Club Ediciones el 2011, se presentará este próximo viernes 7 de diciembre en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, que conduce el poeta y promotor Joaquín Gálvez. La presentación va por Ángel Velázquez Callejas.

Café Demetrio a las siete de la noche 
300 Alhambra Circle, Coral Gables. 

Video que recrea fragmentos del capítulo “La Trinidad”

Armando Añel (La Habana, 1966). Escritor y editor. Ghost Writer. 
Entre los años 1998 y 2000 se desempeñó como periodista independiente en Cuba. 
En esa época colaboró en medios como Radio Martí, Cubanet y Cuba Free Press. 
Residió en España, donde fue editor de la revista Encuentro de la Cultura Cubana. 
Ha publicado la novela Erótica (2010)